Las brutales declaraciones del vicepresidente de USA J. D. Vance en la conferencia de Múnich (Alemania) dejaron perpleja a toda Europa.
El segundo de Donald Trump, en lugar de abordar la cuestión crítica de la guerra en Ucrania y las diferencias de seguridad entre Washington y Europa, arremetió con los gobiernos europeos como ningún otro funcionario estadounidense en la historia como si quiera impartir una lección.
En un ataque ideológico, los acusó de haber traicionado los «valores fundamentales» y de representar una amenaza interna mayor que Rusia, China o Irán. Denunció incluso que la democracia está en retirada el continente y equiparó a las democracias europeas con regímenes autoritarios alegando censura de medios, cancelaciones de elecciones y colapso del sistema migratorio.
«La amenaza que más me preocupa respecto de Europa no es Rusia, no es China, no es ningún otro actor externo. Lo que me preocupa es la amenaza desde dentro, el retroceso de Europa en algunos de sus valores más fundamentales, valores compartidos con Estados Unidos»
Las declaraciones de Vance se centraron en cuestiones de guerra cultural y temas clave de la campaña de Trump para la presidencia de Estados Unidos.
En Washington hay un nuevo sheriff en la ciudad, y bajo el liderazgo de Donald Trump, podemos estar en desacuerdo con sus opiniones, pero lucharemos para defender su derecho a expresarlas en la plaza pública, ya sea que estén de acuerdo o no”
“Desestimar a las personas, desestimar sus preocupaciones… cerrar los medios de comunicación, cerrar las elecciones… no protege nada. Es la forma más segura de destruir la democracia… Si se presenta con miedo a sus propios votantes, no hay nada que Estados Unidos pueda hacer por usted”, agregó ante la atónita mirada de expertos de defensa y seguridad.
Vance intentó justificar su diatriba. Sacó a colación un caso legal en el que un veterano del ejército británico que oraba en silencio frente a una clínica de abortos fue condenado por traspasar una zona de seguridad de 150 metros alrededor del centro.
También hizo referencia a las elecciones presidenciales en Rumania, que fueron anuladas en diciembre después de que documentos desclasificados sugirieran que habían sido objeto de interferencia estatal rusa.
Vance sostuvo: «Si su democracia puede ser destruida con unos meros US$100.000 de publicidad digital de un país extranjero, entonces, para empezar es que no era muy fuerte».