El Parlamento alemán ha tomado una decisión histórica al aprobar una moción que busca endurecer las políticas migratorias y reforzar la seguridad nacional. Con 348 votos a favor, 345 en contra y 10 abstenciones, esta medida refleja una creciente preocupación en la sociedad alemana por los efectos de una inmigración descontrolada y la necesidad de priorizar el bienestar de los ciudadanos.
La iniciativa, impulsada por la CDU-CSU y respaldada por Alternativa para Alemania (AfD), marca un punto de inflexión en la política migratoria del país. Aunque la resolución no tiene carácter vinculante, representa un fuerte llamado al Gobierno para que implemente controles fronterizos más estrictos, rechace las entradas ilegales y acelere la expulsión de quienes no cumplen con los requisitos para permanecer en el país. Además, contempla la construcción de más centros de detención para inmigrantes irregulares, garantizando un proceso más eficiente y ordenado.
Este paso legislativo no es aislado, sino parte de una tendencia en toda Europa. Países como Dinamarca, Suecia, Finlandia, Italia y los Países Bajos han endurecido sus políticas migratorias en respuesta a los desafíos que la inmigración masiva ha traído consigo, desde problemas de integración hasta un aumento en la criminalidad.
La urgencia de medidas más estrictas se hizo evidente tras el reciente ataque con cuchillo en el que murieron dos personas, entre ellas un niño de dos años, a manos de un ciudadano afgano. Casos como este han encendido la alarma sobre la necesidad de revisar y reforzar los mecanismos de control fronterizo y la aplicación efectiva de las normas migratorias existentes. El líder de la CDU, Friedrich Merz, defendió la moción con argumentos sólidos: la política de inmigración y asilo de la Unión Europea es claramente disfuncional, y Alemania tiene el derecho y la obligación de tomar medidas para proteger su seguridad interna. Basándose en el artículo 72 del Tratado de Funcionamiento de la UE, Alemania puede establecer controles permanentes en sus fronteras y rechazar solicitudes de asilo que representen un riesgo para su estabilidad.