Por Junta Directiva de PRODINAMIS
El día de ayer la WWF lanzó a publicidad un sorprendente comunicado.
Sorprendente porque del texto del comunicado podemos extraer los siguientes puntos:
- Alerta sobre una “campaña” y “cabildeos”, que ciertos gremios de la producción están implementando, buscando “distorsionar la imagen de la comunidad científica sobre el cambio climático y de las organizaciones de conservación perjudicando su credibilidad”.
- De esto, podemos deducir, que a los mencionados gremios no les interesa ni la sustentabilidad de los recursos naturales, ni la responsabilidad en su uso, ya que fomentan una “cultura de desinformación y polarización entre dos sectores claves del desarrollo sostenible de nuestro país: los productores y las organizaciones de conservación.”
- Sostienen que existe un consenso científico universal sobre el tema, y que negar esto no es razonable, y en consecuencia, tiene otros fines.
- Cuestiona la preparación y credenciales académicas de ciertos científicos, por lo cual, lo que puedan afirmar, no tiene ningún valor. Señala sobre uno de estos científicos que “rechaza el consenso científico sobre el cambio climático desde hace más de dos décadas, lo que incluso en 1.993 le costó su puesto como director de Investigaciones en Energía”.
- Afirma que “defiende la libertad de expresión con responsabilidad”.
- Insta a la “sociedad civil a posicionarse sobre esta situación.”
- Por último, postula la necesidad de “promover espacios de diálogo con información responsable y fidedigna”.
Y todos estos puntos, o ideas, son sorprendentes porque:
- Lo normal es que los gremios hagan “campañas” y “cabildeos” para promover sus puntos de vista e intereses. Es su función y para eso fueron creados. Adosar la calificación de intencionalidad a estas acciones para ubicarlas como en la búsqueda de la “distorsión” y “perjudicando la credibilidad” es una interpretación que genera, lo que la misma organización WWF dice querer evitar “la desinformación y la polarización”.
- Con estos juegos semánticos, se presenta como ilegítima una función legítima, y en el caso de los gremios, explícita y pública. Adicionalmente da a entender que la WWF entiende mejor los intereses de los productores que sus propios gremios, los cuáles han sido fundados y son financiados por esos mismos productores.
- Es sorprendente que reiteradas veces se hable de un “consenso científico” y de que aquellos (marginales) que no lo suscriben generan “desinformación y polarización” también es sorprendente, porque:
- En ciencia no se buscan “consensos”. En ciencia se busca la verdad. En un momento dado, los “expertos” de la época tenían el “consenso” de que la Tierra estaba fija en el centro del sistema planetario y todos los demás astros giraban alrededor de ella. Copérnico puede ser reo de “desinformación y polarización” de acuerdo a esta peculiar manera de entender la ciencia. Lo razonable, en ciencia, es el disenso, la duda como método y el debate. Hasta la década de los 20, del siglo 20, el “consenso científico” era que el universo era eterno (es decir, sin principio). Este “consenso” ahora es otro. Remitimos a la ciudadanía a un texto de divulgación sumamente interesante, sobre la cuestión de los denominados “consensos científicos universales». El texto, de autoría de John Hands se denomina “COSMOSAPIENS”, editado por La Esfera de los libros y accesible en librerías del Paraguay.
- Además mencionamos varios artículos del periódico EL PAIS de España (que no es precisamente un medio “conservador”) en los cuáles, la constante es la ocurrencia de procesos de cambo climático en la historia de la civilización:
- 08 de febrero del 2023: “Una sequía extrema dio la puntilla a uno de los mayores imperios de la antigüedad”.12 de setiembre del 2019: “La megasequía de 60 años que venció a todo un imperio”.
- 02 de agosto del 2016: “Una pequeña edad del hielo pudo cambiar la historia de la humanidad”. Aquí incluso se evidencia como el “enfriamiento” (meta propugnada por el “consenso científico en cambio climático”) resultó en la disolución final del imperio romano y el inicio de la edad media “oscura”.
- Sobre las credenciales académicas, Colón no las tenía, pero tenía razón al suponer que llegaría a tierra firme a través del océano y no caería al abismo del fin del mundo. Pretender descalificar la idea, descalificando al que la formula, tampoco suena muy “científico”.
- La expresión de “defender la libertad de expresión”, difícilmente se concilia con lo que con suma candidez explica haber ocurrido a uno de estos cuestionados científicos: el rechazar el “consenso científico en 1.993 le costó su puesto como director de Investigación en Energía. ¿Es esto, libertad de expresión o censura?
- Después de sostener que las credenciales académicas son imprescindibles para opinar o sostener ideas sobre el “cambio climático”, apela a “todos los grupos de la sociedad civil a posicionarse ante esta situación”. Es decir, primero se plantea que solo expertos hablen y luego se exhorta a la “sociedad civil a posicionarse”; razonablemente podemos argumentar que es dudoso que la “sociedad civil” pueda exhibir las credenciales académicas que se consideran imprescindibles.
- Luego de haber negado las ideas, cuestionado las intenciones, descalificado a los voceros y pidiendo posicionamiento a un ente colectivo que no puede hacerlo, llama al “diálogo”.
- La conclusión del silogismo es que, luego de invalidar a quien piensa diferente, el “diálogo” se da solo entre los convertidos al nuevo paradogma.
Dejemos los dogmas a otros campos del conocimiento o la experiencia. En ciencia, discutimos paradigmas y cuidémonos de que estos nunca se conviertan en paradogmas.