De acuerdo a los datos más recientes del del Banco Central de Brasil, las inversiones extranjeras en el sector productivo presentaron una caída abrupta del 40% en las Inversiones Directas en el País (IDP) hasta septiembre, en comparación con el mismo período del año anterior.
En el corto plazo, esta caída de 27.200 millones de dólares en entradas netas de IDP, puede comprometer la sostenibilidad del crecimiento económico. Estas inversiones son las que nutren el sector productivo de ese país y generador de empleo, innovación y competitividad internacional.
El mes de septiembre presentó la caída más importante, 61% en relación a septiembre de 2022 y representa un indicio claro de la creciente desconfianza en el clima de negocios de Brasil.