Conocido refrán atribuido a Tomás de Iriarte, poeta, escritor y fabulista español del siglo XVIII.
Da a entender que cualquiera puede cambiar lo exterior pero la esencia sigue siendo la misma. No importa cuántas veces cambies tu apariencia, siempre conservarás tu interior y mantendrás tu misma esencia.
Irónicamente, donde nació el refrán, en la puta madre patria que nos parió, actualmente se dice mona o muy mona por una mujer linda, bella o atractiva, nobleza obliga.
En Paraguay tenemos un caso muy guay, una mona vestida de seda que más allá de su esencia también tiene la apariencia.
Aunque ya no le gustan las bananas desde que murió su mono, digo su mena, según manifestó. Ahora seguro come caviar, esto le puede indigestar y le ha de costar evacuar, menos mal que en este bendito país sobran los yuyos para mandarla volando a cagar.
Dice llevar una vida “monástica”, mona casta, aunque defiende el derecho de las mujeres a ser putas, pero se contradice a causa de su estúpido feminismo. Se define como la puta ama y dice que suele hacer lo que le da la puta gana, tomando en cuenta que fue diputada, por lo visto, lo de puta es una constante en su vida. No obstante, en la puta vida no tiene legitimidad ni siquiera para representar a la manada.
Mona rara que anda entre la piara del chiquero que llaman Congreso. Similar a los burros, que para no andar solos hasta con las cabras se juntan.
Ahora bien, nadie podrá criticarla el día de mañana si se percibe mona y quiere llamarse Judy como el chimpancé del Dr. Daktari.
De cualquier manera, la pregunta es: ¿Acaso comprar un curul no es prostituir la política y el templo de la democracia llamado Congreso?
¿Cómo se le llama al que prostituye o coimea?
Me recuerda al célebre poema de sor Juana Inés de la Cruz que comienza así:
A mí ni a nadie debería importarle lo que esta mona haga con su cola, la cuestión de peso pasa por entender que un espécimen como este y los de su especie, el japonés nazi y el chancho ario, jamás deberán militar en un partido llamado liberal y menos ser tildados de liberales.
El origen de toda corrupción se produce con la perversión del lenguaje, llamando a lo que no es como si fuese y a lo que es por lo que no es. Es así como al robo le dicen “subsidio”, también “impuesto”, al crimen organizado y legalizado “Gobierno”, a los ladrones “políticos” y a las bandas de asaltantes “partidos políticos”.
Esto me recuerda al general Alfredo Stroessner cuando en ciertos discursos amenazaba diciendo: “Y guay de aquél…”, que gusto daba escucharlo.
Lo grotesco, soez y corrupto es que la mona vestida de seda se define como liberal cuando que fateó con el Estado coimeando, apoya el legbtismo con todo el globalismo que lo rodea. Como si no fuera suficiente, justifica y pide aumento de “subsidios” para los partidos políticos que no es otra cosa que un robo puro y duro a la ciudadanía no involucrada en esos menesteres gansteriles. Todo esto es completamente antiliberal.
Y el colmo, sustraer dinero del pueblo coimeando para luego ufanarse de tenerlo, es de una procacidad pocas veces vista. ¡Repugnante!
Prepotente, altanera, pagada de sí misma y muy desagradable, la mona es peor que Horacio Cartes a quien critica permanentemente y que solía tener características similares cuando aún no era político.
Actúa como una colorada cualquiera, pero un momento, más bien su actuar asemeja al de la gata flora o la poliamorosa alharaca cuyos cacareos siempre son irritantes, pero estas “empoderadas” no son coloradas. Por el contrario, pensándolo bien, las damas coloradas se comportan con mayor decoro y delicadeza y creo han logrado mucho más por la ciudadanía en general que estas buenas para nada. El voto femenino, por ejemplo.
No es que colorados y liberales sean la misma mierda con distinto olor como erróneamente se dijo, más bien a veces parecen la misma mierda de distinto color. ¡Vamos todavía el Ciclón de Barrio Obrero!
Es ofensivo para los verdaderos liberales que la mona se defina liberal, pero como en su partido no hay ni aún uno entonces no ofende a nadie. Son de guaú cuando no lo contrario como sus correlíes Blas Llano o Efraín Alegre, este llegó al colmo de decir que los liberales son zurdos y aquél hizo apología del régimen del comunista Daniel Ortega en Nicaragua.
¡A la carga liberales!
Pero claro, la morochonga se sale con la suya porque si bien en su partido no hay liberales, tampoco la ciudadanía en general, ignorante en su mayoría, tiene un mínimo criterio sobre ideologías políticas y menos aún de filosofía.
Por eso somos gobernados por una “caquistocracia”, el gobierno de los peores, de los más ineptos, esto es lo que hay, nos toca y nos merecemos por falta de conocimiento y ni que decir sabiduría.
Finalmente, observar al congreso paraguayo, institución la cual supuestamente refleja el tejido político del soberano pueblo, otra bolaterapia, es como recrear la fenomenal película documental “El Paraíso Viviente”.
La escena más hilarante es cuando una manada de monos se empacha con piñas fermentadas y se ponen todos en pedo.
Es imposible no reírse a carcajadas.
Por favor, que alguien le arroje en el chiquero una piña fermentada a la mona que viste sedas de los colores de la bandera ucraniana, a ver si se pone en pedo y aunque sea una vez nos haga reír.