China «sigue siendo el peor entorno del mundo para la libertad de Internet» por noveno año consecutivo, ya que el régimen comunista presiona para desplegar tecnología de inteligencia artificial (IA) para ejercer un mayor control sobre la información disponible para sus ciudadanos, según un nuevo informe de Freedom House.
El informe ofrece una visión global de la libertad en Internet en 70 países de todo el mundo, que representan el 89% de los usuarios de Internet del mundo.
Los hallazgos se basaron en múltiples preguntas centradas en tres categorías principales, incluidas las barreras de acceso, los límites de contenido y las violaciones de los derechos de los usuarios, para determinar la puntuación de cada país en una escala de 100 puntos.
Los países con puntuaciones entre 70 y 100 puntos se clasifican como «libres», los que tienen puntuaciones entre 40 y 69 se clasifican como «parcialmente libres» y los países con puntuaciones entre cero y 39 se etiquetan como «no libres». Paraguay no fue medido en este estudio.
Además, el informe afirma que China «sigue siendo el peor entorno del mundo para la libertad en Internet», ya que la libertad de expresión sigue siendo reprimida en el país. Citó el ejemplo de Xu Zhiyong, destacado activista cívico y bloguero condenado a 14 años de prisión en abril de 2023.
A diferencia de China, Taiwán ocupa el primer lugar en la lista en la región de Asia-Pacífico con 78 puntos.
Inteligencia Artificial y censura
El informe destaca la tendencia actual de los gobiernos a aprovechar la IA para hacer cumplir la censura, ya que la tecnología les permite fortalecer y refinar su censura en línea.
Según el informe, gobiernos autoritarios como el Partido Comunista Chino (PCCh) son conscientes del riesgo de las aplicaciones de IA como ChatGPT, que permite a los usuarios eludir su censura porque estos sistemas están entrenados con información global de Internet.
El PCCh exige a las empresas relacionadas con la IA que implementen el control de contenidos y promuevan los «valores socialistas fundamentales», señala el informe.
Además, «los chatbots producidos por empresas con sede en China se negaron a interactuar con las solicitudes de los usuarios sobre temas delicados como la Plaza de Tiananmen».