El último trimestre del 2023 empezó con muy malas noticias para Bolivia, pues La calificadora Standard & Poor’s subió el riesgo bancario del país. El informe, titulado: América Latina, panorama bancario por país, específicamente, dice lo siguiente:
Traducido al sencillo, el gobierno al usar dineros que no son suyos para comprar conciencias de ciertos sectores de la clase media está poniendo en riesgo a todo el sistema financiero nacional.
Sin embargo, esa no fue la única nube negra sobre la economía nacional, ya que, según un índice de Bloomberg, este año, los bonos bolivianos han generado pérdidas de más de 17% a los inversionistas, el peor desempeño de la deuda soberana en el mundo en desarrollo. Al respecto, Mauricio Ríos García, economista y asesor de inversiones, afirma:
Concuerdo plenamente con Ríos García, puesto que la economía está impajaritablemente ligada a la propiedad privada, pues una nación donde el Estado usurpa y expropia está condenada a la miseria, por ejemplo, Chile durante el periodo de Allende, o la Cuba de Castro.
Empero, las cosas se ponen peor, veamos.
Los departamentos de Cochabamba, Oruro, Potosí y Chuquisaca enfrentan graves sequias. La falta de lluvias y de agua en las reservas ha incrementado las enfermedades de niños en las zonas rurales de esos departamentos, pues se ven forzados a consumir agua estancada para combatir la sed.
La sequía también está secando las fuentes de agua potable para el ganado y destruyendo los cultivos, por lo que afecta a la producción agrícola de más de 10.200 hectáreas de tierras cultivables y pone en peligro la vida de más de 130.000 cabezas de ganado, según datos del Ministerio de Defensa de Bolivia.
Hasta el emblemático Lago Titicaca marcó su mínimo histórico producto de la feroz sequía que afecta al altiplano de Bolivia. Además, las comunidades que dependen de la pesca luchan a medida que los bajos niveles de agua se suman a problemas crecientes, entre ellos, la disminución de las poblaciones de peces debido a la contaminación y la sobrepesca.
Según, Sixto Flores, director en Puno del Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología de Perú (Senamhi), existen más de tres millones de personas que viven alrededor del lago y dependen de sus aguas para pescar, cultivar y atraer turistas, hoy toda esa gente ha quedado en un total estado de vulnerabilidad.
Note lo paradójico, hace, exactamente, veinte años atrás, Evo Morales, Felipe Quispe, Carlos Mesa y otros bandoleros, bajo la excusa de defender los recursos naturales, perpetraron un golpe de Estado contra el presidente Sánchez de Lozada. Hoy, esos mismos protagonistas miran de palco como Bolivia va perdiendo su biodiversidad a pasos agigantados.
El primero, en un intento desesperado de regresar al poder, se encuentra celebrando su concilio delincuencial en el Chapare cochabambino; el segundo falleció sin responder por sus fechorías, y el tercero volvió a aparecer para decirnos que es el «único» que puede derrotar al cocalero Morales en las elecciones del 2025.
¡Pobre país!