Por Cynthia Peña Ros
El Foro de Davos no oculta sus planes ni los mecanismos diseñados para su ejecución porque nos encontramos en la última etapa de un constructo de ingeniería social de más de un siglo de ejecución llevado a su máxima potencia.
Para llegar a esta etapa se valieron de diversos mecanismos y recursos que nos han conducido progresivamente a una esclavitud desprovista de jaulas y grilletes.
Valiéndose de una educación estilo prusiano altamente condicionada y deficiente, a la que le sigue una costosísima educación superior que llegado a su término no se extrapola en fuentes de trabajo satisfactorias o suficientes, o en una remuneración ajustada a la expectativa o necesidad.
La frustración que se genera va incrementándose con el consumismo excesivo fomentado mediante una fuerte campaña publicitaria de promoción de productos de corta durabilidad y reducida calidad, el “Fast-Shopping” y las modas y estilos vertiginosamente cambiantes.
Todo ello conduce a la evasión de la realidad mediante las diversas plataformas de películas -en su mayoría de primado negativo-, las fiestas, mucho ruido estilo mantras de frases denigrantes a título de música, abundante alcohol y el consumo creciente de drogas, anulando así cualquier pensamiento o anhelo trascendental.
Esto genera un estado de ansiedad sostenido que encuentra contención en las masas psicóticas de conciencia que se van formando y donde las partes sienten que sus vidas adquieren algún propósito que los une e identifica, a la vez que les otorga un cierto sentido de pertenencia y de valía tales que prefieren la comodidad de la esclavitud, del pensamiento uniforme, sometiendo la responsabilidad individual al mandato del colectivo controlado estratégicamente por los ingenieros sociales.
Esta es la descripción exacta de la realidad que nos toca vivir en la actualidad, donde ya no se dan los debates, sino las discusiones, desde un fanatismo cuasi frenético donde el colectivo anula a todo aquel que se atreva a pensar u opinar fuera de aquella burbuja de falsa seguridad a la que se integran y fusionan.
Los ingenieros sociales ya han demostrado con la crisis del “COVID” que se pueden implementar cambios rápidos y extremos en el tejido social cuando las personas perciben una sensación inmediata de emergencia.
Esto ha sido señalado por la directora del Centro para la Naturaleza y el Clima del Foro Económico Mundial, Nicole Schwab, hija del fundador del foro Klaus Schwab, dentro del marco de la última edición 2023, celebrada en Davos, Suiza, quien manifestó que una “crisis” puede ser un mecanismo que puede aplicarse al «clima» para con ello acelerar la agenda del ‘Gran Reinicio’ del Foro Económico Mundial.