Estamos en una era marcada por el postmodernismo, no era en donde muchas veces lo evidente debe ser explicado y hasta defendido aun antes las evidencias, este artículo intenta explicar lo que es la dictadura del relativismo y lo que conlleva a la perdida de los valores absolutos.
La dictadura del relativismo, término acuñado por el Papa Benedicto XVI, describe una ideología que niega la existencia de verdades universales y absolutas, y plantea que la verdad es simplemente una construcción subjetiva. En la sociedad contemporánea, se ha hecho evidente la proliferación de una mentalidad relativista que amenaza con imponer su dominio sobre los valores universales. Este fenómeno, conocido como “la dictadura del relativismo”, plantea un desafío importante para la búsqueda de la verdad y la formación de una moral sólida. A modo de ejemplificar este argumento podemos decir que en la esfera moral, se promueve la idea de que no existen valores o normas objetivas, sino que cada individuo tiene su propia verdad y puede decidir lo que es correcto o incorrecto según sus propios criterios.
Esto ha llevado a una pérdida de las referencias morales dentro de la sociedad; si no existe una verdad objetiva que guíe nuestras acciones, ¿en qué nos basamos para establecer límites éticos y morales? Esto conduce a la relativización de comportamientos que antes eran considerados inaceptables, y a una permisividad creciente en temas como el aborto, la eutanasia, la sexualidad, entre otros, temas tan actuales que ya son incluso políticas de Estado.
El relativismo sostiene que no existen verdades absolutas y que todas las opiniones y perspectivas son igualmente válidas, es decir de que todo está relativizado y bajo esa premisa, se niega la posibilidad de una verdad objetiva y se rechaza cualquier intento de establecer normas universales. En lugar de eso, se promueve una excesiva tolerancia, donde cada individuo es libre de tener su propia opinión, sin importar si esta contradice principios éticos básicos.
Una de las consecuencias más alarmantes de la dictadura del relativismo es la pérdida de referentes éticos sólidos. La idea de que no hay verdades absolutas lleva a una sociedad en la que todo es válido y donde los valores se erosionan. Las acciones y decisiones individuales quedan justificadas bajo la excusa de la diversidad y el respeto a las opiniones ajenas, sin considerar el impacto negativo que puedan tener en la sociedad en su conjunto.
En el terreno político, la dictadura del relativismo se manifiesta en la idea de que todas las ideologías son igualmente válidas y que no existe una verdad política objetiva. Esto hace que exista dentro del espectro politico un ambiente de polarización y confrontación, donde cualquier opinión es igualmente válida, sin importar su fundamento racional o ético. Además, la dictadura del relativismo fomenta una cultura de apatía y conformismo, si todas las opiniones son igualmente válidas, se desestima la importancia de la búsqueda de la verdad y se desalienta cualquier intento de mejorar como sociedad. Esta mentalidad relativa se traduce en una falta de progreso y evolución social, ya que se renuncia a establecer criterios claros y a promover cambios positivos basados en principios y valores universales.
Otro elemento preocupante es que el relativismo permite la manipulación de la verdad, si no existe una verdad objetiva, cualquier interpretación se vuelve legítima, esto hace que se facilite la propagación de noticias falsas y la creación de narrativas engañosas que buscan influir en la opinión pública y mantener el poder. La falta de una base común de valores facilita la manipulación y el engaño, debilitando así la democracia y la estabilidad social, sin dejar de mencionar de que la cultura también se ve afectada por el relativismo, ya que se promueve la subjetividad como valores supremos. Esto se traduce en la pérdida de un patrimonio cultural común y en la erosión de los valores tradicionales, ya que cada individuo puede decidir qué es valioso o importante según sus propios gustos y preferencias.
Es importante destacar que la defensa de principios universales no implica negar la existencia de la diversidad y la pluralidad de opiniones. Reconocer la existencia de diferentes perspectivas no significa que todas sean válidas en la misma medida. La pluralidad de ideas y el respeto a la diversidad deben estar enmarcados en un contexto ético y moral sólido, basado en valores fundamentales como la justicia, la igualdad y el respeto a los derechos humanos.
La búsqueda de la verdad y la defensa de los valores universales son fundamentales para garantizar una sociedad justa y equitativa. Para ello, es necesario promover el diálogo y el debate abierto, así como fomentar la educación en valores sólidos y éticos desde temprana edad. La dictadura del relativismo plantea un desafío para la verdad y la moral en nuestra sociedad actual y es responsabilidad de cada individuo cuestionar y reflexionar sobre esta ideología, promoviendo un retorno a los valores fundamentales que nos permitan vivir en armonía y respeto mutuo. En conclusión, la dictadura del relativismo representa una amenaza significativa para los valores universales y la búsqueda de la verdad. Promover la importancia de valores sólidos y la existencia de verdades objetivas es esencial para el desarrollo de una sociedad justa y ética. La diversidad y la pluralidad deben ser valoradas, pero siempre desde un marco que sostenga principios universales y que busque el bien común. Debemos resistir la dictadura del relativismo y trabajar por el fortalecimiento de una ética basada en principios sólidos y verdades incuestionables.