El líder del partido conservador Kokoomus, Petteri Orpo, ganador de las elecciones legislativas del pasado 2 de abril y elegido primer ministro con el apoyo por los cuatro mayores partidos de derecha del país, tomó posesión este martes con una amplia agenda reformista que contempla más austeridad, baja de impuestos y menos inmigración.
El programa económico del nuevo Ejecutivo persigue reducir la deuda pública, que actualmente se sitúa en torno al 73 % del PIB, mediante un ajuste presupuestario de 7.000 millones de euros durante los próximos cuatro años, de los que 4.000 millones serán recortes del gasto.
Este ajuste contempla reducir los servicios sociales y los subsidios públicos, especialmente por desempleo. El programa recoge además una baja del impuesto sobre la renta y una serie de medidas para incentivar la creación de empleo.
Además, las medidas del nuevo gobierno incluyen el endurecimiento de las políticas de asilo e inmigración. Al respecto, la nueva titular de la cartera del Interior, Mari Rantanen, declaró a la prensa que su ministerio dará «un giro radical» a estas políticas, ya que en los últimos años han sido -en su opinión- las más laxas de todos los países nórdicos.
«Vamos a endurecer todas las condiciones para venir a Finlandia, para vivir aquí y para quedarse, como han hecho otros países escandinavos», afirmó la ministra.