Por Víctor Pavón – Pte. del Centro de Estudios Sociales y socio de PRODINAMIS
En nuestro país subsiste a la fecha el Régimen de la tierra en el Derecho Indiano (1578) que otorga derecho sobre el dominio del subsuelo al Estado.
Esta legislación no es baladí ni superficial, pues además de llegar a nuestros días en pleno siglo XXI, ha inoculado poderosos venenos en la educación, la economía y la misma política.
Los derechos de propiedad no están dispuestos de modo correcto en nuestro orden jurídico. Es del dominio del Estado los hidrocarburos y minerales en general. Se requiere para la exploración, concesión y explotación un permiso del Estado. Es una reminiscencia monárquica intolerable y absurda.
De ese modo no existen suficientes incentivos como lo sostuvo en su gran trabajo el Nobel de Economía, Douglas North, quien analizó el papel de las instituciones en el desarrollo económico.
Son los derechos de propiedad bien delimitados los que generan incentivos a la inversión, a la innovación y a la creatividad.
Mientras sigamos con esta rémora monárquica no solo desperdiciamos nuestros recursos como el gas, el petróleo y otros, sino que seguiremos perdiendo oportunidades de inversiones, empleos y mejoras para nuestra población.