En las Elecciones Generales del 2023, el nuevo presidente electo de la República del Paraguay es Santiago Peña (ANR), que tuvo el 43% de los votos escrutados; se impuso a su rival Efraín Alegre (PLRA Concertación) con 28% de los sufragios. El tercer lugar fue para el independiente Paraguayo Cubas (Cruzada Nacional) con 23% de los electores. Las demás candidaturas fueron meramente testimoniales.
La participación total fue del 63% de los sufragistas habilitados. Todo parece indicar, además, que habrá una contundente paliza electoral propinada por la Asociación Nacional Republicana a sus adversarios, en todos y cada uno de los frentes en disputa.
Hemos dicho en nuestro anterior artículo que «Nada Cambiará el Próximo Domingo», refiriéndonos desde luego, a las Elecciones Generales que tuvieron lugar en la República del Paraguay, el 30 de abril del 2023.
Había muchas cosas que nos hacían pensar así, entre otras, porque el saludable pueblo paraguayo no cedió a las prepotentes amenazas de aquellos que pretenden cobrarles una «multa» por el soberano deseo del elector de no participar de los sufragios y realizar así una «anulación de facto» de sus votos.
Empero, no es intención de este artículo versar sobre la futilidad de la democracia liberal, sin embargo, puedo garantizar que mi análisis es el único desapasionado que leerán porque no conozco a otro que tenga tanto desprecio hacia este sistema como yo, lo que no significa que no me haya visto forzado, como buen ciudadano de este país, a obedecerlo mal que me guste o no. Así pues, empezaremos a explicar por qué venció la ANR y por qué la Concertación fue aplastada, como pocas veces se ha visto en la historia del Paraguay.
1- EFRAÍN ALEGRE.
No hay mucho que decir al respecto. Candidato Presidencial que llegaba a su tercera elección, pero no con un gran atractivo ni un notable carisma popular (como sería el caso de Andrés López Obrador en México), sino completamente desgastado, sin causar gracia siquiera a sus propios correligionarios de partido, electo en unos «comicios de opereta» realizados de forma burlesca en las pseudo internas partidarias de su propia nucleación política, el Partido Liberal Radical Auténtico, que cada día parece estar más dividido.
Un candidato como Efraín Alegre era el más grande favor que se podía realizar a la ANR. Su figura es resistida no sólo por los «colorados disidentes» sino también por los mismos «liberales». El hombre no tiene liderazgo sino simple autoritarismo (en el mal sentido de ese vocablo). No es carismático, no tiene la capacidad de electrizar al pueblo con sus proclamas. Es más, hasta genera la sensación de lo rancio y de lo cansino. ¿Quién quiere votar a algo rancio y cansino? Pues eso.
2- SOLEDAD NÚÑEZ (Y BRUNO DE FELIPPE).
Aquí podría extenderme páginas y páginas, pero intentaré ser bastante breve, pues Soledad Núñez (y su costilla Bruno de Felippe) no pueden quitar la nalga de la jeringa en esta aplastante derrota que sufrieron: el pueblo paraguayo les derramó un «Baño de Humildad» sobre las cabezotas.
Empezando por la «Solenu», ella realmente, en sí misma, no parece ser una mala persona. Hasta tiene un «Mentón Habsburgo» que a veces me hace pensar que quizás tenga alguna vinculación con esa brillante dinastía que gobernó el Imperio Español (y por ende, a la República del Paraguay) en el cénit de su gloria y poderío. Lo que no quita que la cuasi-aristocrática dama no tiene «un solo voto cortado por la mitad» para aportar al canasto de la Concertación. Ella no es y nunca será popular (al menos si sigue por estos senderos) porque al fin y al cabo, el pueblo paraguayo parece ser una entidad «muy alejada» de la realidad que a «Solenu» le toca vivir. No es suficiente con ponerse zapatillas Adidas, pantalones Prada y camisetas Benetton para salir en fotografías «batiendo ollas populares» en medio de gente de escasos recursos. Uno debe pertenecer verdaderamente al pueblo, sentir lo que ese pueblo siente y comprender profundamente lo que desea. El paraguayo podrá ser pobre, pero es honrado y digno, tiene una historia patriótica, una identidad nacional de la que se enorgullece (en el buen sentido de esta palabra) y no le gusta que personas como Soledad Núñez, que les miran con un rostro cuasi-aristocrático de «pobrecitos, yo soy superior a ustedes y vengo a salvarlos de la miseria en que viven, cucarachitas», pretendan presentarse a ellos con ese aire de falsa superioridad que transmiten.
Para colmo de males, «Solenu» encarnó perfectamente la frase «lobo vestido de cordero». Los paraguayos no quieren aborto, no quieren ideología de género, no quieren el globalismo que busca anular su cultura e identidad, homogenizándola con las depravaciones del mundo anglosajón. Al paraguayo no le gusta el «zambó zambó», el disfrazarse en máscaras irreales. Quiere que uno sea «blanco o negro», «frío o caliente» porque como dice Nuestro Señor Jesucristo: «al tibio lo vomitaré de mi boca».
Todo esto, pero a la enésima potencia, se aplica con la costilla de Soledad Núñez, Don Bruno de Felippe. No los conozco en persona, quizás en el trato cotidiano sean sumamente encantadores y buena gente. Pero lo que demostraron en su primer «gran lance» dentro de la arena política, fue petulancia, arrogancia, engreimiento, mirar con una «mueca de desprecio» a sus adversarios eventuales, una total falta de humildad, en sumatoria. Y sí hay algo que el paraguayo no te perdonará jamás, es esto. Sin entrar a tallar, desde luego, en el asunto de las oenegés, la gran «mafia del siglo» como diría John Perkins, autor del famoso libro «Confesiones de un Sicario Económico».
Igual, creo que Bruno de Felippe y Soledad Núñez no son «malos en sí mismos» y quizás, quizás, luego de que ambos se pongan en remojo y se den el buen «Baño de Humildad» que el pueblo paraguayo les derramó, para el año 2028 podrían «ambos los dos» conformar una dupla presidencial. Sí, señores. Una dupla presidencial pero como Dios manda: Bruno de Felippe Presidente, Soledad Núñez Vicepresidente.
Por último, la foto que se sacaron en el Templo de las Hermanas Teresianas, muy bonita y todo pero… ¿No hubiera sido mejor asistir a la Santa Misa este domingo, Soledad y Bruno? ¿No hubiera sido mejor estar en una capilla sencilla, repleta de gente de nuestro pueblo, recibiendo al Cuerpo de Cristo, con la cabeza gacha, escuchando los rapapolvos del cura y sin necesidad de sacarse fotitos meramente publicitarias? El pueblo hubiera visto y hubiera creído; quizás hubiera también dicho: «Bruno y Soledad en verdad son devotos, o al menos fingen serlo». Pero con esta clase de fotografías, lo único que hacen es quedar mal y también hacer quedar mal a las Hermanas Teresianas.
¿Qué pensaría Santa Teresa de Ávila, Doctora de la Iglesia, de los candidatos que no tienen una postura firme, implacable y absolutamente contraria a todas las degeneraciones anticristianas que buscan imponer ciertos grupos de poder a la República del Paraguay? Pues eso.
3- EL GOBIERNO DE LOS ESTADOS UNIDOS DE NORTEAMÉRICA.
Gringo, go home.
¿Braden o Perón? ¿Horacio Cartes o la Embajada?
Pues ahí la tienen, bien adentro, como a las bayonetas de la Bahía de Cochinos, como al balazo de un talibán irreductible en su guarida montañesa; como a los bombazos del Viet Cong en sus culos y en el de las madres que los parió.
En esto, la gran mayoría de los políticos de la ANR no tienen mérito alguno. Ahora quizás algunos quieran subirse al carro y afirmar que «sí, yo desde el principio combatí contra la injerencia política de los EEUU en asuntos internos del Paraguay», puro verso. Puro verso. Yo cuento con los dedos de la mano derecha quiénes se plantaron, pero el Partido Colorado como institución, nunca lo hizo. No me vengan con cuentos.
Este es mérito único, absoluto y exclusivo del pueblo paraguayo y de algunos líderes de opinión que así lo plantearon. Nuestros paisanos, guiados, no por la valentía y el patriotismo de sus actuales líderes, sino por el espíritu invicto e indomable del Mariscal Presidente Don Francisco Solano López, fueron a aplastar «a voto limpio» a los intentos neo-colonizadores de la Embajada de Satanás. Con rabia y con furia, fue una «guerra no declarada» contra el Gobierno de EEUU, que se definió única y exclusivamente por el «sentir popular». Un «sentir popular» que, con la excepción del retirado Juan Carlos Galaverna y de Beto Ovelar, no tuvo intérpretes ni caudillos. ¡Y Paraguay venció a los EEUU!
¡Fue una hazaña más, de ultratumba, realizada por el Mariscal López, allá, cabalgando en la noche oscura, con su fulgurante espada sobre su magnífico y albo corcel Mandyju, una vez más! ¡Él, solito él, junto a ese su pueblo que le añora en lo secreto, que no renuncia a los ideales que su Héroe Máximo defendió, que sueña con que vuelva alguna vez el verdadero liderazgo y patriotismo que encarnaron sus grandes hombres de antaño, que prefirieron la muerte antes que ver a la Patria doblegada por las fuerzas del mal!
Las bayonetas que defendieron Humaitá se convirtieron en 1.300.000 votos para rechazar rotundamente, como en Curupayty, a los avances malévolos de EEUU y sus aliados. ¡Y ningún mérito tienen los líderes de la ANR, salvo excepciones! Esto es obra exclusiva del pueblo, colorado o no colorado, que aplastó al enemigo extranjero en las urnas.
4- LOS PERIODISTAS Y PSEUDO ANALISTAS MILITANTES.
No está mal tener posturas y defenderlas. Lo que está muy mal es que uno se nuble y se ahogue en ellas, sin ser capaz de observar la realidad de manera crítica.
Muchos pseudo-analistas y periodistas militantes, una vez más, se tragaron su propio discurso. Encerrados, envueltos en un falso «micro clima» social que les entumece y les ofusca la visión, terminan siendo víctimas de su propia propaganda. ¡Nada peor que engañarse a uno mismo con las propias mentiras!
Efraín Alegre «no es el cambio». La pseudo «oposición» no es el cambio. Allí hay tantos o quizás más escombros que en la misma ANR. ¿Acaso ustedes no se dan cuenta de esto? ¿Acaso creen que pueden mentir con tanta alevosía al pueblo?
Lo único peor que un intelectual, es un intelectual tarifado. ¡Y algunos hasta estamparon sus firmas en una carta, publicada en Diario Última Hora, en la que pedían votos por Efraín Alegre! A mí me daría vergüenza estar pidiendo votos por nadie que no sea yo mismo.
5- PARAGUAYO CUBAS Y LOS PARTIDUCHOS.
Un fenómeno, nos guste o no. Es irrelevante preguntarse «para quién trabajó Paraguayo Cubas», lo único clave aquí es que la Concertación prefirió no unirse a él, no se buscaron las maneras para solidificar una alianza y desde luego que la ANR hará su trabajo, esto es, buscar la fragmentación de sus enemigos. ¡Estúpido es el que se deja dividir, no el que divide!
Pero este «mal» (para la oposición) no empezó con Paraguayo Cubas. Ya viene de antes, con los «partiduchos de morondanga» que ni siquiera tienen internas, que no cumplen con ninguna sola de las leyes electorales y constitucionales, que actúan a sus anchas pisoteando cuanta legislación exista.
El PLRA debería ser el primer partido político en «perseguir» a esta clase de movimientos o partiduchos. Pero creo que a esta altura del campeonato, salvo que no se hagan grandes reformas y modificaciones, veremos la destrucción y aniquilación definitiva del Partido Liberal en el Paraguay. ¡Yo feliz, desde luego!
¿Puede existir una «Tercera Fuerza» en nuestra República? La respuesta es que sí, pero no se trata de su «existencia» sino de su «permanencia». En su tiempo hubo UNACE con el General Lino César Oviedo, hoy esta fuerza política quedó extinta. También tenemos al Partido Patria Querida, que en los comicios celebrados este domingo, estuvieron entre los grandes perdedores y sobrevivieron de mera casualidad a la total debacle. Como ya hemos visto, el Frente Guazú siempre y en todo lugar, era una maquinaria sostenida por Monseñor Fernando Lugo; cuando el implacable «mboreví» que avergüenza a todo el episcopado paraguayo tuvo su derrame cerebral que casi lo mandó a rendir cuentas ante San Pedro, hubo un terrible desbande en todo su movimiento y los resultados están a la vista.
¿Qué nos demuestra todo esto? Que las «Terceras Fuerzas» son efímeras en el Paraguay, no logran consolidarse, se limitan a movimientos caudillistas. Y para colmo, nuestros caudillos son tan cretinos que nunca consiguen consolidar sus conquistas.
6- LA ASOCIACIÓN NACIONAL REPUBLICANA.
Los imbatibles «tahyi pyta’i» del Partido Colorado, que demostraron una vez más la voluntad de poder que tienen, la potencia y el calibre de su maquinaria electoral.
Como ya dije anteriormente, esta victoria pertenece estrictamente a los cuadros militantes, a los «soldados rasos» de la tropa en la ANR. El Pueblo Colorado salió a las calles, con rabia y con furia, a defender la soberanía del Paraguay así como también para castigar a sus enemigos foráneos.
Todo esto con crisis económica, con falta de recursos, sin mucho dinero para tirar en los tejemanejes electorales. Fue pura pasión en marcha, el gentío que salió disciplinado y aguerrido para acabar con sus adversarios.
Además, no hay que olvidar un hecho concreto: fueron los colorados del sector de Horacio Cartes (el gran ganador de estas elecciones como Presidente de la ANR, esto sólo un obtuso podrá negarlo) la única verdadera «oposición» que afrontó el Gobierno del desastroso Mario Abdo Benítez (que sin embargo, también tiene su mérito en esta victoria electoral colorada). El pueblo sabe que sólo la ANR soluciona los problemas causados por la ANR, pues de los demás partidos políticos, no se puede esperar mucho: muy fácilmente el Presidente Marito les metió en el bolsillo, con algunas dádivas aquí, algunos ministerios allá, y se quedaron bien calladitos y domeñados los de la «pseudo oposición».
Nunca olviden, señoras y señores que «el poder corrompe, pero corrompe todavía más no tener poder». ¡Qué corrupta es la pseudo oposición de Paraguay, que Marito les tuvo compraditos y calladitos por cinco años!
Finalmente, hay que decir que es este pueblo, son estos «soldados rasos» de las gestas plebiscitarias de la ANR quienes deben exigir ahora a sus jefes: patriotismo, firmeza para defender los intereses de la Patria, valentía para denunciar a los enemigos internos y externos de la misma, entereza para afrontar los problemas económicos que deja este desastroso gobierno.
Y lo mejor de todo es que después de las elecciones tenemos feriado. ¡Creo que esto debería convertirse en una ley!