Te llegó la grasa al cerebro maricón, no cabe duda. Pensar que un par de veces comiste en mi mesa de lapacho como Judas cenó con Cristo. Luego mi mujer me decía, él no es tu amigo.
Una vez reclamaste mi prolongada ausencia de tu presencia diciendo que solo te enterabas de mi vida sexual por los periódicos, cuando eso, comía caviar del Mar Caspio y tenía la joya del Nilo mientras vos siempre con el mismo manguruyú hasta hoy.
Toda tu vida fuiste y seguís siendo un cipayo, no un paraguayo, a diferencia de Payo, quien nació en USA pero al menos es patriota. A tal punto lo sos, que lanzaste tu ridícula precandidatura presidencial para el 2003 en la ciudad de Miami. ¡My goodness!
La gran ramera colorada siempre se hizo dar por los yanquis, hoy día está en bolas porque el gringo es puto y no come putas. Vos sos un colorado de culo pelado, Benjamín Fernández Bogado, esbirro del sodomizador del Paraguay Juan Carlos Wasmosy, el prescindente ilegítimo digitado también por los mismos mother fuckers de siempre. Anduviste detrás de las embajadoras como un jagua mercado hambriento, tanto de la Harty como de la Ayalde, lo he visto en más de una ocasión y no me refiero a este embajador porque a pesar de todo, aunque le encanta la verga como al puto Vargas, no es mujer y no sé cuál es tu relación con él, no creo que quiera comer un culo grasiento como el tuyo.
Además, no la pegas una, gordo pérsico. Fuiste hasta Washington convencido en tu soberbia que ganaba «Ña Hilaria» y transmitiendo en vivo opinaste sobradoramente: “Todo indica que una dama ocupará la Casablanca”, quedaste como un boludo, por eso le odias a Trump y es más, también justificas la persecución demencial de la cual es víctima. Te fuiste a la puta.
Andas justificando por ahí, a quien te quiera escuchar, la descarada e inaceptable injerencia de “mi esposo y yo” en los asuntos del Paraguay como también esa caterva de hijos e hijas de puta de la clase política que merecen ser colgados por traidores a la patria, ya con antecedentes nefastos de haberlo hecho con el pacto secreto de las vacunas empeñando los activos nacionales. Para estos, doble pena de muerte por doble traición a la patria, primero deben ser colgados, luego atar sus cadáveres a las sillas y fusilarlos sin enterrarlos para que los buitres los despedacen mientras se huele su podredumbre. Así justicia se hará y el país se alegrará y quizás sanará.
Fariseo de mierda que colas el mosquito y dejas pasar el elefante. Justificas el mal mayor para resolver uno menor que es de nuestra competencia avalando los desmanes de este nuevo Conde de Eu, sodomita como aquel y por ello capaz de una crueldad como la de Acosta Ñu.
Ningún tipo de proceso legal o internacional justifica esta agresión inaudita al pueblo de la República del Paraguay, al contrario, es violatorio de todos, quien quiera que lo avale, como vos lo haces Benjamín, es a todas luces enemigo de nuestra nación. Además, no se debe hacer ninguna excepción, “un hombre son todos los hombres y todos los hombres son un hombre” dijo el gran escritor argentino Jorge Luis Borges.
El crimen organizado y legalizado es el Estado y no Horacio Cartes y sus empresas que dan trabajo a muchísimos compatriotas que pueden así llevar el pan ganado honestamente a sus hogares.
Y vos, ¿a quién le diste trabajo alguna vez más que a tu madre por parir semejante adefesio?
Mientras, el Estado, administrado por este nefasto gobierno, el peor de la historia del Paraguay; roba, quita, destruye, corrompe, empobrece, encarcela y mata. Además, con el dinero que nos saca mantiene una casta parasitaria, inútil y onerosa mal llamados “funcionarios públicos” en detrimento del resto de los paraguayos. El jefe de Estado es la cabeza del crimen organizado y legalizado, pusilánime para mayor tragedia nuestra, cooptado por la más poderosa organización criminal y genocida del planeta; el gobierno del ilegítimo y super corrupto Joe Biden.
Por sus frutos se conoce al árbol, no por lo que diga y juzgue un degenerado al servicio de otro.
La gente que adopta tu misma posición ante esta situación de invasión criminal y colonial de la embajada del mal, es de tu misma calaña y conforman la cizaña del Paraguay. Llegará el día, escrito está, en que serán juntados, atados y quemados. ¡Vergüenza!