La opinión pública es testigo de la política intervencionista de los EEUU, a través de tácticas más sutiles que en el pasado, valiéndose de la diplomacia pública; militares que cooperan en la hidrovía y en organismos económicos. Y en un acto de honestidad brutal, comunican a la Cancillería paraguaya que continuaría «promoviendo la rendición de cuentas para aquellos que abusan del poder público para el beneficio personal», ya que «los EEUU tienen como prioridad trabajar con las instituciones paraguayas en la lucha contra la corrupción y la impunidad».
Hoy la designación de “significativamente corrupto” le toco a 3 ciudadanos paraguayos y, entre ellos, un diplomático de carrera con permiso, Jorge Bogarin Alfonso, mañana puede ser Juan Pueblo quedándose sin crédito en el almacén del barrio.
El Ministerio de Relaciones Exteriores (MRE) parece ser una oficina más de la Embajada de los Estados Unidos, quien vuelve a atropellar la soberanía nacional a través de un comunicado y con el Canciller Julio Arriola en su territorio, como se suele decir, “más claro échale agua”.
Supongamos que la plana directiva del MRE no tengan la capacidad, estén engañados, vivan en otro país o no tengan tinta para escribir una nota de protesta formal, es de esperar que los Diplomáticos de Carrera aglutinados en la Asociación de Diplomáticos del Paraguay (ADEP), salgan al paso y levanten los raídas banderas de la soberanía nacional, o por lo menos defienda a uno de los suyos y den una esperanza a la ciudadanía de que podemos recuperar nuestra dignidad.
Pero no y sin embargo, la plana directiva y la ADEP mientras mira hacia otro lado con los atropellos de los ajenos, apañan atropellos a los propios, a los connacionales como es el caso de la Cónsul en Málaga, una «peso pesado» ligada a una poderosa senadora de la ANR.
Tampoco reaccionan contra una funcionaria en el Consulado en Córdoba denunciada en la Secretaria Anticorrupción (SENAC) por cobro indebido y tráfico de influencias con su compadre, un exvicecanciller reconocido en Barcelona y los seguros médicos que, dicho sea de paso, la directora de la Unidad Anticorrupción del MRE ya adelanto que se desestimarán las mismas.
Como están dadas las cosas, desde “el llano” se percibe que el MRE es un mero furgón de cola de las decisiones que se toman en otros países, que no tenemos una diplomacia firme que defienda los intereses nacionales, sin importar cuanto la necesitemos.