Los sindicatos franceses protagonizan este jueves una nueva jornada de protestas y bloqueos contra la reforma de las pensiones de Emmanuel Macron, con las refinerías paralizadas y cancelaciones del transporte masivo, después de que el mandatario se comprometiera a aplicar la medida “antes de fin de año”.
La interrupción del suministro de las refinerías ha aumentado la preocupación por la escasez de combustible para los aviones en los aeropuertos de París, sumándose a una creciente lista de dolores de cabeza en la crisis que incluyen montones de basura en París y preguntas sobre la inminente visita de Estado del rey Carlos III.
En París, cientos de manifestantes inundaron el jueves por la mañana las vías del tren en la Gare de Lyon, interrumpiendo el tráfico y causando un retraso de al menos media hora, según el operador ferroviario nacional SNCF.
A primera hora del día, los manifestantes bloquearon el acceso por carretera a la Terminal 1 del aeropuerto Charles de Gaulle de la capital, según mostraron imágenes de la televisión francesa.
El ministro del Interior, Gerald Darmanin, anunció el despliegue de unos 12.000 policías, 5.000 de ellos en París.