Wyoming se convirtió en el primer estado de Estados Unidos en prohibir el uso de píldoras abortivas, una nueva victoria en la campaña de las administraciones gobernadas por conservadores para revertir el acceso a la interrupción del embarazo.
Tras la decisión adoptada por la legislatura estadual, el gobernador de Wyoming, el republicano Mark Gordon, llamó a los legisladores a dar un paso más allá e incluir una prohibición total del aborto en la Constitución de ese estado y someterla al voto de los ciudadanos.
La prohibición llega en un momento en que muchos opositores a ese procedimiento clínico buscan prohibir la píldora abortiva en todo el país, luego de que la Corte Suprema -máximo tribunal nacional de justicia- anuló el año pasado el derecho a la interrupción del embarazo a nivel federal.
También se avecina el fallo de un tribunal federal en Amarillo (estado de Texas), en donde se espera que un juez decida de manera inminente sobre una eventual prohibición a nivel nacional de una píldora abortiva de uso generalizado.
Esta píldora, la mifepristona, fue aprobada hace más de una década por la FDA -la agencia estadounidense reguladora de medicamentos, y está disponible legalmente desde hace años en el mercado.
Los legisladores de Texas también están considerando una propuesta que no solo prohibiría las píldoras abortivas, sino que también exigiría a los proveedores de servicios de internet en el estado que bloqueen el acceso a los sitios web donde se venden dichas píldoras por correo.
Desde que la Corte Suprema de Estados Unidos anuló el año pasado un histórico fallo de 1973 que establecía el aborto como un derecho constitucional, los activistas contra el aborto han buscado formas de consagrar que éste se prohíba en todo el país.
Alrededor de 15 estados ya restringen el acceso a la mifepristona al exigir que un médico la proporcione, según el Instituto Guttmacher, un grupo de investigación de salud reproductiva.
Clarín