Santiago Peña cometió un error, uno grande si se tiene en cuenta que tiene la posibilidad de ser presidente y entre sus tareas está la de «llevarse bien con los vecinos».
En un intento por sostener un discurso «picante», Santiago Peña olvidó su mayor virtud: Es un cuadro técnico y no político, y se fue de boca. Argentina es un país complejo y tratar de resumir esa complejidad en una frase es un error.
Argentina, es cierto, tiene una actualidad macroeconómica desfavorable, pero, aun así, subestimar su potencial y el de su gente es estúpido. Más estúpido todavía es haber guardado silencio luego de haber cometido un error grave y encima enviar a «bachi» Núñez a atropellar como si se tratara de una discusión con Celeste Amarilla y no un posible desacuerdo diplomático a futuro.
Preguntarse si en Argentina se han construido hospitales cuando las mujeres paraguayas va a ese país a dar a luz a sus hijos; o cuando sus hijos enferman gravemente corren al Garraham, es estúpido.
Preguntarse si se han construido escuelas cuando los niños de Nanawa estudian en Clorinda o los niños de Alberdi cruzan el río cada mañana para estudiar en Formosa es estúpido.
Preguntarse si se construyeron rutas y caminos apenas unos días después que una lluvia, sí, una lluvia se llevó por delante una ruta recién estrenada en nuestro país es estúpido.
Argentina ha hecho y hace muchas cosas mal, puedo decirlo con conocimiento de causa y sin temor a equivocarme pero, intentar tapar un error que puede costar un incidente diplomático con uno de sus vecinos más importantes con otro error más grande es estúpido, muy estúpido.