La doctora Leticia Concepción Pintos Casamayouret, empleada en el Instituto de Previsión Social, en el servicio de terapia intensiva para adultos del Hospital Central, violando uno de los aspectos clave de las relaciones entre médicos y pacientes, publicó en su cuenta de Twitter un mapa con la geolocalización de los domicilios de menores a los que sus padres no quisieron vacunar.
Cuando un profesional de la salud expone los datos médicos de sus pacientes, viola la confianza de los mismos. La relación médico paciente supone la cesión por parte del paciente de una parte reservada de sí mismo, los principios éticos de autonomía y no maleficencia por parte del médico están íntimamente ligados con la preservación de los mismos.
Independientemente de las consideraciones que cada uno pudiera hacer sobre la decisión de vacunarse o no de cada una de las personas, la publicación de los datos de un paciente excede a lo que se podría considerar una falta ética, y constituiría un delito que debería ser investigado por el Ministerio Público.