Finalmente, tras más de dos años, Hunter Biden admitió que la polémica laptop que abandonó en un taller de reparaciones de Delaware sí es suya.
Lo hizo a través de una extensa carta de 14 páginas, a cargo de sus abogados, donde el primer hijo del presidente de los Estados Unidos se victimiza y pide una investigación por lo que considera una campaña en su contra para convertir el escandaloso contenido de su laptop en una suerte de «arma» política.
En la misiva, dirigida a la fiscal general de Delaware, Kathy Jennings, el abogado de Hunter Biden, Abbe Lowell, cargó contra el dueño del taller donde se abandonó la computadora, John Paul Mac Isaac, por acceder «ilegalmente» a los datos del portátil de Hunter y trabajar con el abogado personal del expresidente Donald Trump, Rudy Giuliani, para «armar» contenido incriminatorio contra Hunter y también su padre, quien entonces era candidato presidencial.
«Este truco político sucio fallido resultó directamente en la exposición, explotación y manipulación de la información privada y personal del señor Biden», escribió Lowell en la carta. «La conducta intencionada, imprudente e ilegal del Sr. Mac Isaac permitió que cientos de gigabytes de datos personales del Sr. Biden, sin ninguna discreción, circularan por Internet».
Algunas de las personas que obtuvieron acceso y difundieron información de «forma ilícita» según la misiva son: Mac Isaac, Rudy Giuliani, Robert Costello, el exasesor de la Casa Blanca de Trump Steve Bannon, el exasesor de la Casa Blanca de Trump Garrett Ziegler, el asociado de Bannon Jack Maxey y Yaacov Apelbaum, fundador y CEO de la firma de análisis cibernético XRVision.
«Creemos que los hechos y las circunstancias merecen que se investigue más a fondo si la conducta de los Sres. Mac Isaac, Costello, Giuliani, Bannon, Ziegler, Maxey, y Apelbaum violó varias disposiciones del código penal de Delaware, incluyendo, pero no necesariamente limitado a, delitos contra la propiedad relacionados con la informática (…) robo (…) posesión de bienes robados (…) la aplicación indebida de la propiedad de otro (…) Cada uno de estos delitos, si se viola, tiene el potencial de ser un delito grave, dependiendo del valor de la propiedad en cuestión», afirmó Lowell.
El New York Post, primer medio que reportó en exclusiva sobre la laptop, contactó a Mac Isaac y Costello, quienes dijeron que la extensa carta es un intento desesperado por desviar la atención de la próxima investigación del Congreso sobre si Hunter Biden usó la posición política de su padre para beneficiarse con sus controvertidos negocios en el extranjero.
«Creo que con el Congreso comenzando las investigaciones la próxima semana, es una táctica para asustar», dijo Mac Isaac al New York Post. «El fuego antiaéreo es más pesado cuando se está sobre el objetivo».
«Esta carta es un ridículo intento de intimidación que no tendrá éxito. Es producto de la desesperación de Hunter Biden porque saben que se acerca el día del juicio para la familia Biden», dijo, por su parte, Costello, quien además señaló que Mac Issac tiene una «orden de trabajo firmada que le da [a él] autorización para examinar el disco duro y la propiedad se considera legalmente abandonada después de 90 días».
Hunter Biden jamás recogió su computadora del taller de Delaware y Mac Issac terminó accediendo a todo el contenido que fue entregado al FBI en 2019.
Sin embargo, Mac Issac entregó una copia del disco duro a Costello, quien también es abogado personal de Giuliani. Fue el abogado de Trump el que le entregó una copia al Post en 2020.
Uno de los hallazgos más importantes revelados por el Post, que en su momento fueron censurados por las redes sociales, es que Hunter presentó a su padre, entonces vicepresidente, a un alto ejecutivo de la firma ucraniana Burisma cuando el demócrata lideraba la política exterior de Ucrania durante la Administración Obama.
De hecho, Biden fue clave para que las autoridades ucranianas despidieran a un fiscal que estaba investigando a Burisma cuando su hijo tenía intereses y negocios con esta empresa. El demócrata, incluso, llegó a amenazar públicamente con que Estados Unidos dejaría de enviar ayuda humanitaria al país europeo si no se despedía al fiscal.
En su momento, los demócratas y medios liberales intentaron descalificar la historia como «desinformación rusa» en época electoral, pero con el tiempo se confirmó la veracidad del contenido revelándose la escandalosa vida privada de Hunter Biden y sus turbios negocios en China y Ucrania.
Americano Media