El presidente nuevamente alistó maletas y partió rumbo al viejo continente, en medio de una gestión internacional nula con los países limítrofes. El Presidente viajó a Roma, suponemos que para hacer seguimiento a los acuerdos firmados por el despacho de la primera dama, a algún que otro proyecto de Acuerdo de antiquísima generación como los de Traslados de condenados, seguridad social, aéreos o doble nacionalidad, o tal vez, a evaluar las reuniones realizadas en materia comercial cuyos resultados se ven en los aproximadamente 12 millones de dólares que exporta nuestros país, los 15 millones que importamos anualmente y los 80 millones de dólares que invierte Italia en Paraguay.
Además, hay que recordar que el año pasado la asesora en materia de seguridad estuvo exhibiendo en Roma el caso del asesinato del fiscal Pecci, para trasmitir que el Paraguay esta asolado por mafias, que no es una Patria y necesita del tutelaje internacional, así que es seguro desempolvará este tema.
Sin lugar a dudas la república italiana es una potencia gravitante en la arena internacional, por lo que nuestro relacionamiento debe ser conducido seriamente, con una política exterior audaz y efectiva basada en un liderazgo político reconocido, solidez económica interna y un rol protagónico en el escenario regional y global.
Se va Mario Abdo a un remanso de ocio, al descubrimiento de lugares y anécdotas en ese país de los familiares de los Bo y deja una gestión nula con los países limítrofes que nos hacen y harán aun pagar la afreta al Gobierno de Maduro, con una gestión a la bartola por los cobros indebidos en la hidrovía, un silencio sepulcral en los temas de Itaipú luego de allanar el camino al Brasil para agosto de 2023 y sin ningún relacionamiento con la región.