Tal y como sucedió en la anterior edición del certamen con Nadia Ferreira, la primer finalista (la que perdió la final) se convirtió, por varias razones, «en la reina» del público.
También, al igual que el año pasado, el público destacó cuales fueron las acciones que terminaron desencadenando en la elección de una reina inmerecida. En su momento, cuando pasó a la final Nadia Ferreira, muchos destacaron que el haberse persignado y agradecer «al cielo» fue lo que la sentenció.
En esta edición, la venezolana, Amanda Dudamel, en el desfile en traje de baño utilizó una capa con una inscripción contra el abuso infantil que todos señalan como la causante de su derrota. «Los chicos no son juguetes», «Basta de Acoso», eran los mensajes impresos en la prenda.
Teniendo en cuenta que se trata de un concurso que cada vez premia menos la belleza y más el «sentido progresista» de sus participantes y que, a partir de este año, el certamen es propiedad de un señor (biológicamente hablando) que se viste de mujer, se hace llamar «Jakrajutatip» y aprovecha la plataforma para hablar de «empoderamiento femenino», no debería sorprendernos lo que viene.