De unos meses a esta parte, los grandes medios de comunicación están impulsando una agenda siniestra en favor de la pedofilia. Esta agenda sincronizada, busca presentar la pedofilia como algo inofensivo.
The New York Times, siempre a la vanguardia de la agenda globalista, publicó un artículo de opinión argumentando que la pedofilia no es un delito.
Según el Times, las protecciones de los derechos civiles deben extenderse a los pedófilos. “Sin protección legal, un pedófilo no puede arriesgarse a buscar tratamiento o revelar su estado a nadie para que lo apoye”.
La CNN otro de los medios que impulsa esta agenda, respondió con un artículo que proclama que los pedófilos no son «monstruos» o «desviados sociales que viven en las sombras». Según CNN, ya es hora de que la sociedad actualice su imagen de los pedófilos.
En otro artículo, la CNN siguió con un llamado de simpatía aún más explícito. En lugar de considerar a los abusadores de niños como lo más bajo de lo bajo, deberíamos acercarnos a ellos y tratar de comprenderlos, según CNN porque, afirman, “uno no puede elegir no ser un pedófilo”.
El psicólogo Jesse Bering , autor de “El desviado sexual en todos nosotros”, también insta al lector a simpatizar con los abusadores de niños y escribe que las personas con pedofilia “no están viviendo sus vidas en el armario; están eternamente agazapados en una sala de pánico”.
También la BBC (recordemos que la cadena británica pasó décadas encubriendo al pedófilo más notorio de Gran Bretaña, Jimmy Savile), quiere que pensemos positivamente sobre la nueva generación de pedófilos.
Los medios nos están presentando un caso clásico de la “ventana de Overton”. Esta teoría, indica que una idea que actualmente es radical puede lograr ser aceptada por la sociedad, o incluso convertirse en política popular. Todo se trata de una escala de percepciones, en la que se pasa de ver una idea como impensable, a verla como radical, luego aceptable, luego popular y, en ese punto, traducida a la práctica por la política.