Es cada vez común oír en los medios de prensa el concepto de “Ciudades de 15 minutos” que fue popularizado en 2016 por la alcaldesa de París, Anne Hidalgo. El concepto en realidad fue acuñado por el urbanista francocolombiano Carlos Moreno y hace referencia a un nuevo concepto urbanístico donde, las personas comunes, pueden tener, a una distancia máxima de 15 minutos caminando o en bici, todas o la mayor parte de sus necesidades cubiertas: atención médica, peluquería, centro de trabajo, supermercados, ocio, colegios, etc.
De acuerdo a la opinión de quienes quieren imponer este concepto, la vida será más atractiva porque los ciudadanos no tendrán que perder el tiempo en grandes desplazamientos y así se evitaría la contaminación y los gases de efecto invernadero que provocan el “cambio climático”.
Con esto, quienes buscan imponer este concepto tendrán un control total sobre nuestras vidas. Ya controlan nuestro dinero, nuestra educación y muchas otras cosas más, solo les falta controlar nuestros movimientos. Y aunque suene a disparate, no olvidemos que ya tienen su “prueba de concepto”, la hicieron durante la pandemia. Ellos decidían quien salía, a donde iba y cuánto tiempo estaba fuera de casa; permitimos que nos dijeran cuando íbamos al supermercado y en algunos países hasta decidieron que podíamos y que no podíamos comprar, de modo que no deberíamos sorprendernos si muchos aceptan estas nuevas condiciones.
Quien lleva tiempo trabajando en esto, es el Grupo de Liderazgo Climático de las Ciudades (C40), fundado en 2005 con el objetivo de “salvar al planeta” y que actualmente cuenta con 97 ciudades miembro.
Que propone el Grupo de Liderazgo Climático de las Ciudades
- Que las construcciones abandonen el acero y el concreto, buscando que, para el 2030, el 90% de las nuevas viviendas y el 75% de los edificios comerciales sean de madera.
- El consumo de un máximo de 2.500 calorías por persona, por día.
- El consumo de hasta 16 kg de carne y de 90 kg de lácteos por persona por año. Eso sí, siempre teniendo como ideal el consumo de 0 kg al año por persona de estos productos.
- La compra de hasta 8 prendas de ropa al año por persona. La reducción del 50% del parque automotor mundial con el objetivo en mente de que la eliminación de ese 50% se convierta en un 100%. Si ese objetivo no se cumple, establecer la duración mínima de los vehículos a 20 años.
- Sustitución de teléfonos móviles y demás dispositivos electrónicos cada 7 años y un vuelo por persona cada dos años a destinos que no superen los 1.500 km.
Como ven, la farsa de la “emergencia climática” está tomando ribetes peligrosos. Dejaremos de vivir en “ciudades” para hacerlo en colmenas que ellos mismos limitarán. Te harán creer que la vida es mejor porque todo está más cerca, es más cómodo, más moderno y, sobre todo, sustentable.
Tal vez, solo tal vez, sea tiempo de hablar con sus hijos de estos temas para que cuando los pequeños “muros de Berlín” sean instalados, ellos recuerden la libertad. Las llamarán ciudades inteligentes, llamarlas guetos no suena bien.