Históricamente sabemos que el sufragio es un derecho fundamental incluido ya en el Bill of Rights, del 13 de febrero de 1689, la declaración de derecho aprobada en Virginia el 12 de junio de 1776, dice cuanto sigue: “Todas las elecciones de representantes del pueblo en la asamblea deben ser libres; y que todos los hombres que hayan probado suficientemente adhesión a la comunidad y un interés permanente con ella tienen derecho al SUFRAGIO…”
También este derecho está consagrado en la Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano, del 26 de agosto de 1789, “Art.6: La ley es la expresión de la voluntad general. Todos los ciudadanos tienen el derecho de participar personalmente, o por medio de sus representantes (POLITICOS) en su formación…” Para entender mejor podemos decir que en la época liberal, la intervención de los ciudadanos en el ejercicio del poder político era la de una función legitimadora de las limitaciones impuestas a la libertad de las personas, en cambio; en la era democrática el voto te da derecho a participar de los asuntos políticos públicos y le da la posibilidad de poder autodeterminarse.
Ahora pasemos lo que ocurrirá el 18 de diciembre en nuestro país, habrá elecciones partidarias, se le puede llamar elecciones primarias para ponerle una connotación más técnica al asunto, ya que se va a decidir a los representantes de cada partido para las elecciones generales de Abril del año próximo. La cuestión está en el sentido del Voto, el verdadero sentido de lo que se legitima con el sufragio y ese legitimación no es más que darle poder a políticos para que decidan por nuestras vidas, incluso en asuntos privados de nuestras vidas, darle esa legitimación con el voto es darle un cheque en blanco para endeudarnos en el nombre de muchos discursos como la justicia social, la distribución de las riquezas, por una mejor educación, mejor sistema de Salud, mayor seguridad, y puedo seguir la lista de eternas promesas que desde el aparato estatal no se cumple y jamás se van a cumplir.
Mañana iremos a votar por los candidatos que muchos ni siquiera conocemos, algunos ya conocidos con antecedentes de baja calaña, pero que aun así se presentan con las promesas de siempre, y la gente que sigue creyendo en ellos con una especie de Mesías que vendrá a solucionar nuestras vidas, es imperativo entender que desde el Estado, como aparato burocrático, que desde los políticos desde sus lugares privilegiados, jamás obtendremos nada, jamás solucionarían los problemas reales del país. Votaremos porque es un derecho, pero no debería ser una obligación ya que es parte de la libertad individual el ir a ejercer ese derecho. Mañana es el comienzo de un poder que dará el pueblo por los próximos 5 años, a políticos que con discursos emocionales buscan captar la mayor cantidad de votos, y lo peor de todo este escenario es que se debe elegir entre todas las opciones al menos peor.-