«La independencia de Taiwán es un derecho legítimo» fue el titular que apareció el 11 de diciembre en la primera página del periódico iraní Arman Daily, y que difundió Taiwan News, mientras aumentan las tensiones entre Irán y China tras la visita de Xi Jinping a Arabia Saudita, hace pocos días.
Teherán y Riad son rivales regionales y Beijing siempre ha procurado un punto de equilibrio en las relaciones con ambos. El resultado positivo de la reunión entre Xi y los líderes del Consejo de Cooperación del Golfo (dominado por los saudíes), y un pasaje del comunicado final de la reunión -en el que se cuestionaba la soberanía iraní sobre tres islas del Golfo Pérsico– fueron motivo de quejas oficiales de la República Islámica ante China.
El 10 de diciembre, las autoridades iraníes expresaron su fuerte descontento ante el embajador chino en Teherán. Según la Oficina de la Presidencia iraní, durante un encuentro cara a cara celebrado ayer en la capital iraní con el viceprimer ministro de Beijing, Hu Chunhua, el presidente Ebrahim Raisi exigió una «compensación» por lo ocurrido durante el reciente viaje de Xi a la región. Con el correr de los años, Irán se ha convertido en socio de China ya que los une su oposición a los Estados Unidos; Arabia Saudita y los países del Golfo, por su parte, son «aliados» históricos de Washington.
Trazando un paralelismo con la disputa territorial entre Irán y Emiratos Árabes Unidos por las islas Tumb y Abu Musa, Arman Daily escribe que China siempre ha reprimido el derecho taiwanés a la independencia mediante la «coacción». La conclusión del artículo es que al final, Beijing «no tendrá más remedio que aceptar las exigencias de Taiwán, que reclama su independencia».
En los últimos días, otros periódicos iraníes han publicado artículos criticando a China -con toda probabilidad, con el visto bueno de las autoridades, dada la dura censura habitual de los medios de comunicación locales, reforzada en este periodo caracterizado por disturbios en todo Irán.
Sin embargo, el artículo del Arman Daily toca un punto sensible: para China, Taiwán es una «provincia rebelde» y nunca ha descartado reconquistarla por la fuerza, especialmente tras la llegada de Xi al poder. La isla es independiente de facto de Beijing desde 1949; en aquella época, los nacionalistas de Chiang Kai-shek se refugiaron allí tras perder la guerra civil en el continente frente a los comunistas, lo que la convirtió en heredera de la República de China fundada en 1912.
Asia News