Autóctona, legítima, democrática e histórica. Sin precedentes, rompiendo todos los esquemas, creando un nuevo tiempo y por ello es necesario una nueva narrativa para describirla en cualquier idioma. Un espectáculo para el mundo, un mundial aparte y la mano de Dios, esta vez no de Maradona. Somos testigos privilegiados de lo que se está rotulando como la mayor manifestación democrática de la historia. La falsa diosa democracia arrasada por la verdadera, el pueblo asumiendo el rol de soberano y exigiendo el respeto a su voluntad robada y demostrando sin lugar a dudas quien ganó las elecciones.
Ni Bolsonaro aunque quiera puede parar esto, tampoco las Fuerzas Armadas y menos aún alguna institución, no hay vuelta atrás, la fuente del poder legítimo se muestra en las calles, ciudades y capitales de todos los Estados de la República Federativa y en Capital.
¿Donde está la mano de Dios? Con Alexander de Moraes, presidente del Supremo Tribunal Federal. ¡¡¿¿Como dijiste??!! Lo que leíste ignorante, y te lo voy a demostrar.
«Y yo endureceré el corazón de Faraón, y multiplicaré en la tierra de Egipto mis señales y mis maravillas. Y Faraón no os oirá; más yo pondré mi mano sobre Egipto, y sacaré mis ejércitos, mi pueblo, los hijos de Israel, de la tierra de Egipto, con grandes juicios». Éxodo 7:3-4
¿Vas entendiendo? ¿Te das cuenta? Si queres saber lo que pasa y aun lo que va a pasar, mal que te pese, lee la Biblia. Olvídate de los expertos y de toda la prensa, quedaron en «or say» (off-side) sin excepción.
No es que el Faraón tenía el corazón blando y bueno antes que el Señor lo endureciera, ya era duro y malo, pero lo endureció aún más con el propósito enunciado y luego se sucedieron las 10 plagas. El cabeza circuncisa ya hubiera corrido despavorido si Dios no endurecía más su corazón, gracias a ello, el mar ya no solo moja las costas si no inunda todo Brasil.
¡Sárava!
Ahí está la faraona «bicha», con labios rojos del colorete, aros redondos y dorados colgando de sus orejas, cejas levantadas pintadas de negro, la loca Alejandra Primera. Van a ver su terrible caída como el Faraón de Egipto quien se ahogó con todo su ejército al cerrarse las aguas del mar Rojo cuando perseguían a los judíos. El molusco flotará muerto sobre el mar del pueblo, Amén.
Revolución que termina desnudando completamente, por la fuerza de su torrente, al órgano más nefasto del planeta y se puede ver su inmundo cuerpo: la prensa. Hoy día ya nadie tiene excusa para no ver y oler su podredumbre, por fin, escrito está: «Pues no hay nada oculto que no haya de ser manifiesto, ni secreto que no haya de ser conocido y salga a la luz. Porque no hay cosa oculta que no haya de ser manifestada» (Lucas 8:17). A los únicos que engaña es a sí misma y a los pocos idiotas que aún creen en ella. Como dijo Friedrich Nietzsche: «La mentira más común es aquella con la que las personas se engañan a sí mismas».
Cayeron en esta maldición: «¡Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz; que ponen lo amargo por dulce y lo dulce por amargo!» (Isaías 5:20.) ¿Que les sucederá a los que esto hacen?:
«Por tanto, como la lengua del fuego consume el rastrojo, y la llama devora la paja, así será tu raíz como podredumbre, y su flor se desvanecerá como polvo;» (Isaías 5:24)
Esta prueba de fuego es para todos, no porque la prensa lo ignore no existe, todo lo contrario, es necesario que así sea para que no haya excusa en ver y entender lo legítimo de este suceso y su trascendencia con todos los medios tradicionales de comunicación negándolo. Rebasó cualquier elucubración para ocultarlo. Nada hoy día genera más sed de justicia como las mentiras sistemáticas de la prensa respondiendo a su mentor cuyos principios han sido llevados en este tiempo a un nivel que él no hubiera podido imaginar ni soñar; Joseph Goebbles, ministro de propaganda Nazi y su nefasto legado en las actuales usinas de propaganda que propalan su mantra: «Miente, miente y miente que algo quedará, y cuanto más grande la mentira más queda». Hay mucha gente que hasta hoy cree que el hombre pisó la luna, lo que demuestra que cuanto más grande es la mentira más queda. Además, disculpen, son unos imbéciles y no me vengan con el cuento que debo respetar su opinión, yo no respeto mentiras.
No por ignorar o no saber no está sucediendo, reitero, tampoco hay excusa para no saber y sí culpa por la ignorancia supina sobre una revolución que puede salvar al mundo, así como lo estás leyendo. Ignoren absolutamente a los expertos, analistas, a aquellos que todo lo quieren poner en esquemas y explicar con la «razón», además de no tenerla, la verdad tiene su propio peso y se demuestra sola por las vías correctas. Esto es algo nuevo, feroz, explota ante nuestros ojos, no vale la narrativa vieja y tendenciosa que se viene utilizando por toda la prensa ramera y mentirosa, es necesario una nueva. Déjense de joder porque el fuego igual les va a alcanzar aunque lo ignoren, tibios paraguayitos de la nada, o prepárense para ser unos brasileritos boludos, por lo menos podremos decir que tenemos costa, batucada, piña colada y mulatas para sambar, manga de pelotudos.
Esta revolución es apoteósica y pone las cosas en su lugar, primero, los bueyes delante de la carreta, esto es, el pueblo como única fuente de poder legítimo y sólo él decide quién les va a gobernar, no las máquinas electrónicas manipuladas y manipulables. Segundo, jamás más atinado el axioma que reza «lo que dice la calle confirma las elecciones», solo basta mirarlas, las mayores manifestaciones democráticas de la historia se dan ahí y por fin aplastan otro axioma antiguo pronunciado por el propio Joseph Stalin: «No gana el que tiene si no el que cuenta los votos», hasta ahora fue así en todo el mundo con las excepciones de los fenómenos populares, cuales tsunamis, arrasan las urnas.
Felicidades a todas las virgencitas en su día y recordarles que Myriam, «la mamá de Dios», era judía.
Shalom