Y toda la mierda que flota con ella comenzando por la bosta Acosta. Ingueroviable espectáculo de hipocresía, fingimiento y estupidez a la vez. Recorrí un poco el twitter en esos días y me alegré de estar suspendido, ¡cuanta mierda que hay! Urgente gente, hay que comenzar a juntar la cizaña para atarla y luego quemarla, hay demasiada y terminará por arruinar no solo la cosecha si no todo el país. No se preocupen por la cantidad, por favor les pido no tener miedo, esta gentuza nos declaró la guerra y no podemos más que defendernos peleando duro y parejo.
Así y todo son un ejército de cobardes que necesitan leyes especiales y el amparo del Estado nuestro enemigo, la organización criminal más grande del Paraguay al servicio del globalismo con el turco traidor al frente.
No hay más que esperar, ponerse las botas y resistir defendiendo la vida, los niños y nuestros principios, las buenas costumbres. La Constitución Nacional nos ampara y no podemos seguir permitiendo que se la viole como quieren hacer con los menores.
Esta tipa siempre fue una mentirosa de la vida, todo en ella es fingido, desde su modo de hablar, degenerada como toda su familia y parentela hace de ello un apostolado y quiere proyectarlo a la sociedad, la cual, ya le dijo nones hasta el hartazgo. Por sobre todo hipócrita, quien lo puede negar, abortera a más no poder pero llora en Teletón pidiendo ayuda para niños especiales, quienes, si fuera por ella no hubieran llegado a este mundo nunca, esto es repugnante.
Fingido su enojo y notorio de aquí a la luna porque se hace la estúpida encima, errando la meta adrede, yendo por otro lado cuando sabemos todos cual es el pa´a acá. ¿Pueden creer? Habló de la merienda escolar cuando el tema es que se les quiere merendar a nuestros niños. ¡Cobarde!
Cáspita, qué términos utiliza, «ofuscada», a mi se me hace estreñida, para eso está el ka’a, la cola de caballo o semilla de lino y que vaya a cagar bien grande.
«¿Quién no los conoce?» le bajó por los dipu-chorros, cierto, y ¿a vos? ¡por favor! Para ver la paja en ojos ajenos quítate primero la basura que tenes en el tuyo muñeca de estiércol.
Ese apoyo que recibe responde a gente de su misma calaña porque hay muchísimas más personas que la detestan y con razón, la mayoría son mujeres, les puedo asegurar, así como a Katya y a Celeste, no las quieren, son muy, muy impopulares en su género.
Soberbia, de sonrisa falsa, desprecia a su propio pueblo porque se siente amparada por la satánica organización internacional criminal, promotora de abortos y cuanto abuso haya a niños, claro, todo en nombre de la protección de ellos, pero ya conocemos esto. ¡¡Puajj!!
Y no es solo ella, ¿quién es el proxeneta de esta ramera intelectual? Otra puta pero con escapulario como bien dijo el calesitero de el, enemigo declarado de la sociedad paraguaya que se la pasa elucubrando cómo envenenar cada día más a la gente mediante su canal. ¡Hijo de su puta madre! Les aseguro que lo va a pagar y ni todo su dinero ni su guardia lo impedirá. Genovés con el culo en los pies, ¿querés que te cuente otra vez como le di a tu pariente por el revés? Promotor de trolas y homosexuales, ¡sinvergüenza!
«La novia de Asunción» Ja! Ja! Ja! Otrora así apodada por la prensa estúpida, que pregunte ahora y verá como la niegan y quieren mandarla al horno de Giuzzio para que se queme como una bruja. Halloween fue su día dice.
Además, y más allá de este dechado de virtudes enumerados aquí, expuesto está y lo vi también en el twitter, todo lo referente a los montos recibidos para promover el degeneramiento de niños por las ONG y lo que le toca a esta ex novia de la capital. ¡Mama mía! ¡Que puta!
Finalmente, gente, la vida pide lo suyo decía mi madre, la patria también digo yo, de modo que, en apresto para seguir la lucha, nos toca pelear la buena batalla de la fe en nuestros valores y en defensa de los niños, tenemos el amparo de Dios, ¿qué más?
Tan claro fue Jesus cuando dijo: «A cualquiera que haga caer en pecado a uno de estos pequeños que creen en mí, más le valdría que lo hundieran en lo profundo del mar con una gran piedra de molino atada al cuello.» (Mateo 8:16)
¡Duro papá!