La ONG española Safeguard Defenders ha publicado un informe en el que asegura que China ha iniciado un programa piloto para abrir una serie de comisarías clandestinas. El gigante asiático tendría 54 de estas oficinas situadas en 21 países, entre ellas, 9 situadas en España y que según publica el diario ‘El Mundo’ el Ministerio del Interior ya las estaría investigando.
Según el informe, estas comisarías estarían aparentemente instaladas para ayudar a los ciudadanos de su país para ayudarlos en ciertos trámites administrativos, aunque su última finalidad sería lo que denominan el «regreso voluntario» de sus nacionales. De hecho, según este informe las autoridades chinas entre abril de 2021 y julio de 2022 unos 230.000 chinos habían sido «persuadidos de regresar» para enfrentar procedimientos en China.
En España, concretamente, hablan de 9 oficinas. Tres en Madrid, tres en Barcelona, una en Valencia y otra en Santiago de Compostela. Aunque ahora se ha escalado, la investigación comenzó en 2018 con una investigación sobre la existencia de estas oficinas en Países Bajos.
Por otro lado, indican que se utiliza para perseguir a ciudadanos chinos que han cometido delitos relacionados con el fraude cibernéticos y de telecomunicaciones. Dice el informe que estas comisarías están situadas en países democráticos. Las autoridades buscan rastrear estos delitos que se cometen de manera trasnacional y obligarles a confesar, unas prácticas ilegales.
Centros por todo el mundo
Según Safeguard Defenders, existen centros en Londres, Toronto, Nueva York, Milán, Roma, Florencia, Portugal, Viena, París, Atenas o Frankfurt, entre otras, y así hasta llegar a las 54 comisarías operativas. Otra de las principales preocupaciones que manifiestan es que no solo sean utilizadas para perseguir el fraude sino para silenciar a la disidencia china que vive en el extranjero.
En el caso de la oficina de Frankfurt, portavoz del Ministerio del Interior de Hesse confirmó al diario ‘Frankfurter Allgemeine Zeitung’ que estaban siendo utilizados para presionar disidentes. Mientras tanto, se sigue investigando en profundidad la acción de estos centros no solo en Alemania, sino en todos los países posiblemente implicados.
Por otro lado, en mitad de la alarma levantada, el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Wang Wenbin, negó el pasado miércoles que todos estos centros chinos sean comisarías e indicó que solo ofrecen servicios para ayudar a sus ciudadanos.