La prensa tanto de Europa como de Estados Unidos y sus filiales latinoamericanas en su mayoría de izquierda y progresistas, tildan peyorativamente de “ultra-derechista” al Presidente-Candidato Jair Bolsonaro quien se medirá este domingo en balotaje con el expresidente brasileño, izquierdista y abanderado del PT, Luis Ignacio Lula Da Silva.
Claro está, al ser Lula de izquierda, la prensa progresista es supremamente benévola con éste, se abstienen de recordar su pasado no muy lejano como fundador junto al narco-tirano de Fidel Castro, de ese cartel criminal llamado “Foro de Sao Paulo”, además que en sus días como presidente del Brasil no sólo apañó regímenes completamente autoritarios con violaciones a los derechos humanos como los de sus camaradas y amigotes Hugo Chávez en Venezuela y Raúl Castro en Cuba. Igualmente, sirvió como agente de propaganda para Rafael Correa en Ecuador, Evo Morales en Bolivia y hasta Ollanta Humala cuando fue derrotado por Alan García el 2006. Sin contar, que deliberadamente olvidan la actuación de Lula como gran operador de corrupción regional al ser el lobista de Marcelo Odebrecht e incluso llevar casi a la quiebra a PETROBRAS.
Pero el malo es Bolsonaro, por ser “ultra-derechista” o “ultra-conservador” y aliado de Trump. Sin embargo, el candidato del PT recibió el respaldo del narco-tirano-neocomunista de Venezuela Nicolás Maduro, quien grabó un videíto para apoyarlo diciendo lo siguiente: “Brasil, por América Latina, por el mundo, todavía queda mucho por hacer Lula. Te vemos a ti como un ejemplo, como una referencia y el pueblo de Brasil, lo veo como una gran esperanza. Desde Venezuela, la Venezuela que tu tanto amas, de tu hermano Chávez, la Venezuela Bolivariana, felicidades. Que Dios te bendiga Lula, un beso y un abrazo de Venezuela”.
Infelizmente, parece que los electores brasileños obvian todo este tipo de aspectos oscuros que rodean al candidato Lula Da Silva, que al igual que los argentinos reeligieron a la siempre voraz doña Cristina Fernández de Kirchner, los brasileños se sienten más cómodos y a gusto con un exconvicto al frente del gobierno de su país. Que, por cierto, no es que fue declarado inocente de los cargos por lo que se le sentenció dos décadas en la cárcel, sino que por aspectos de forma, el máximo tribunal decidió anular los juicios donde fue hallado culpable y encarcelado, aunque apenas duró menos de dos años dentro de ésta.
Según la mayoría de las encuestadoras, dan como favorito al buen camarada y amigo de la cachaza, Lula Da Silva con 50%, en tanto a Bolsonaro lo sitúan con un 43%, pero en promedio según estos sondeos lo ubican con 5% por debajo de Lula. Sin embargo, no todo está dicho para el presidente-candidato, pues, éste aún le queda un mayor margen del denominado “voto oculto”, así como un importante sector: el religioso, éste fundamentalmente vinculado a los cristianos evangélicos.
Adicionalmente, los sectores oficialistas tienen mayores esperanzas luego de la primera vuelta donde las encuestadoras más prestigiosas de Brasil como Datafolha e IPEC proyectaron para la pasada primera vuelta hasta más del 50% para Lula, pero en la realidad llegó sólo al 48%, más lejos aún estuvieron de observar la gran victoria del Partido Social Liberal en el Congreso.
Finalmente, es importante destacar que otras encuestadoras citadas por el diario español El País, informan a horas de la celebración de los comicios que Bolsonaro acorta la diferencia con Lula en apenas 3%, por lo que no todo está dicho para Bolsonaro y definitivamente este domingo se definirá voto a voto en una muy reñida contienda electoral, donde el factor sorpresa definitivamente lo darán ese preciado bolsón de electores, los llamados “indecisos” que representan el 7%.