Si bien no hay un comunicado oficial, los medios de comunicación locales han informado sobre el arribo a nuestro país, los próximos 27 y 28 de octubre, del Coordinador Global Anti-Corrupción de los Estados Unidos de Norteamérica, Richard Nephew. La visita fue confirmada por el presidente de la república Mario Abdo Benitez, en entrevistas dadas a la prensa. El mandatario, fiel a su costumbre, alegó no saber nada sobre la visita, al mismo tiempo que mencionó que el funcionario estadounidense se reuniría con autoridades de la Secretaría de Prevención del Lavado de Dinero (Seprelad).
Se trata de un experto estadounidense en armas nucleares y sanciones que se desempeña como director de programa en el Centro de Política Energética Global (CGEP) en la Universidad de Columbia y como investigador académico principal que enseña en la Escuela de Asuntos Públicos e Internacionales de la Universidad de Columbia. Es el autor de The Art of Sanctions (El Arte de las Sanciones), un libro de la serie de libros de Columbia University Press de CGEP. El 5 de julio de 2022, fue nombrado Coordinador Global Anticorrupción por el Secretario de Estado de los Estados Unidos, Antony Blinken y en dicho carácter visita nuestro país.
Anteriormente integró el Consejo de Seguridad Nacional como Director de Asuntos Iraníes durante dos años y en 2013, fue nombrado Coordinador Adjunto Principal de Política de Sanciones en el Departamento de Estado, y se desempeñó como experto líder en negociaciones con Irán desde agosto de 2013 hasta diciembre de 2014. Estuvo durante el gobierno de Obama, en 2015 había dejado su carrera en el gobierno y retorna con el gobierno actual de Biden.
El cargo de Coordinador Global Anticorrupción fue creado por Biden previo a la Cumbre para la Democracia de la Casa Blanca de 2021, un evento en el que el presidente Joe Biden advirtió sobre la fragilidad de la democracia en el mundo. Según palabras emitidas por el Departamento de Estado, el puesto integrará y elevará la lucha contra la corrupción en todos los aspectos de la diplomacia estadounidense y la asistencia exterior.
A decir del Secretario de Estado Antony Blinken, la lucha contra la corrupción es una prioridad central de seguridad nacional y política exterior de los Estados Unidos. Por ello, emitió por primera vez una directiva en junio de 2022 que ordenaba a una variedad de departamentos y agencias informar a la Casa Blanca dentro de los 200 días sobre cómo podrían fortalecer sus esfuerzos para combatir la corrupción.
En diciembre pasado, la administración dio a conocer medidas para combatir la corrupción a nivel mundial, incluida la prestación de asistencia a gobiernos extranjeros para aumentar la transparencia financiera y el establecimiento de nuevas regulaciones sobre las compras de bienes raíces en EE.UU. para prevenir el lavado de dinero.
La Estrategia para contrarrestar la corrupción describe los pasos para tomar medidas enérgicas contra los actores criminales y sus redes al tiempo que mejora la cooperación entre las agencias federales, incluidos los Departamentos de Estado, Tesoro y Comercio, así como la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, y las fuerzas del orden.
El Departamento de Estado, ha sostenido repetidamente que, a nivel mundial, la corrupción socava el crecimiento económico, obstaculiza el desarrollo, desestabiliza a los gobiernos, socava la democracia y brinda oportunidades para grupos peligrosos como delincuentes, traficantes y terroristas. La Administración Biden-Harris ha designado la anticorrupción como un interés central de seguridad nacional y ha publicado la primera Estrategia de EE.UU. para contrarrestar la corrupción. (se puede ver en la web del Dpto. de Estado)
Para implementar la estrategia, el Departamento dice estar trabajando en todo el mundo para prevenir la corrupción, fortalecer la investigación y el enjuiciamiento de la corrupción, promover la transparencia y empoderar a la sociedad civil y los medios independientes para exponer la corrupción y promover reformas. Aluden que esto hace que sea más difícil que la criminalidad y el terrorismo que afectan la seguridad estadounidense se arraiguen y se propaguen; dicen promover gobiernos más democráticos y estables como socios de los Estados Unidos; y nivelar el campo de juego para que las empresas estadounidenses compitan internacionalmente. Y en esa línea, encaja dentro de la agenda internacional, la visita del Sr. Nephew.
La implementación de la Estrategia por parte del Departamento está dirigida por quien visitará nuestro país, el Coordinador de Anticorrupción Global, un puesto exclusivo alojado en la Oficina de Asuntos Internacionales de Narcóticos y Cumplimiento de la Le. El Coordinador, dicen, integra y eleva la lucha anticorrupción en todos los aspectos de la diplomacia estadounidense y la asistencia exterior, trabajando en estrecha colaboración con las embajadas, oficinas y oficinas del Departamento de Estado, colaboradores interinstitucionales y socios internacionales. Según aluden, el Coordinador y su equipo trabajarán para garantizar que los compromisos asumidos durante la Cumbre por la Democracia de 2021 para combatir la corrupción a nivel mundial, conduzcan a un progreso real. ¡Veremos!
Hasta aquí, luce fantástico, como siempre, al menos en el libreto. No fallan.
Al conocer la noticia de la visita del Sr. Nephew y habiendo leído recientemente su conocida obra literaria “EL ARTE DE LAS SANCIONES”, no puedo dejar de mencionarla, comentarla y hacer alusión a algunos aspectos, cuanto menos llamativos, de la obra de quien fue Coordinador Adjunto Principal de Política de Sanciones en el Departamento de Estado. Máxime teniendo en cuenta que –dicho por el autor- no se trata de un marco teórico sino de experiencia recogida en el terreno de los acontecimientos.
Según afirma Nephew, “A través del análisis, este libro apunta a contribuir a desarrollar estrategias de sanciones que identifiquen la intersección de la escalada del dolor y la disminución de la resistencia, en las cuales una negociación diplomática pueda ser más efectiva”. Mientras que la crítica señala que la obra es nada más y nada menos que una colección de confesiones criminales de un estratega imperial que ha firmado la vida de millones de personas de un plumazo.
Es importante leerla y contrastarla con los acontecimientos para formar opinión. Para quienes no puedan hacerlo, voy a rescatar algunos párrafos centrales de la obra.
Sin medias tintas, y haciendo referencia siempre a las sanciones, el autor escribe: “¡No hay que utilizar eufemismos! El objeto de las ‘sanciones’ es generar dolor en los pueblos”
Así, el sufrimiento es infligido para contrariar la voluntad de un Estado, su soberanía: “Se concentra en la relación que existe entre la aplicación de dolor por un Estado contra otro Estado mediante las sanciones para obtener un objetivo definido y la disposición de los blancos de las sanciones para resistir, tolerar o sobreponerse a este dolor y perseguir sus propias agendas”. ¿El fin justifica todo? La respuesta, piénsela cada uno.
Nephew abunda en consideraciones sobre el dolor y por supuesto, evita referirse a la legalidad. Al final, una sanción, ¿no debiera ser la aplicación de una norma legítima obligatoria para ambas partes, en la cual una de ellas es investida por dicha norma para forzar a la otra al cumplimiento de dicha disposición? He aquí un punto central a tener en cuenta para analizar a qué llamamos sanciones y reflexionar respecto a las agresiones que los estadounidenses suelen designar convenientemente como sanciones.
Quiero ser rotundo en ésta afirmación y no es abrir el paraguas sino los ojos: las políticas de Estados Unidos e incluso sus normas, no obligan a otros Estados ni a ciudadanos de otros países, COMO EL NUESTRO, y por ende NO tiene competencia legítima para imponérselas. Además de que ello implica la violación el numeral 4 del artículo 2 de la Carta de las Naciones Unidas, el cual dispone: “Los Miembros de la Organización, en sus relaciones internacionales, se abstendrán de recurrir a la amenaza o al uso de la fuerza contra la integridad territorial o la independencia política de cualquier Estado, o en cualquier otra forma incompatible con los Propósitos de las Naciones Unidas”.
La aplicación intensiva de dolor por un Estado para imponerle sus propios objetivos a sujetos no sometidos a sus leyes, muchas veces de forma prolongada e indiscriminada y no menos veces contra toda una población, sin distinguir sexo, edad, ideología, ha culminado de hecho, en genocidios masivos en más de una ocasión.
Es importante que hablemos de esto y no creerme a mí. Cualquiera puede buscar y encontrar opiniones de expertos independientes, como por ejemplo, algunos designados por el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, que mencionan: “Las sanciones dificultan la salud de poblaciones enteras y obstaculizan el transporte de los bienes necesarios para el desarrollo económico, provocan el despilfarro de los recursos naturales, socavan la sostenibilidad medioambiental y la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible”. La gran mayoría sostiene que habitantes de países objeto de las sanciones, como Venezuela, Cuba, Siria e Irán, se hunden en la pobreza porque no pueden obtener servicios esenciales como electricidad, vivienda, agua, gas y combustible, y mucho menos medicamentos y alimentos. Entre ellos, la relatora especial de la ONU Alena Douhan, la relatora especial Tlaleng Mofokeng, el experto independiente Obiora Okafor, el experto independiente Livingstone Sewanyana, por nombrar a algunos de los que han abordado el asunto.
Dijimos que el autor elude mencionar, mucho menos abordar, la legalidad de las sanciones y por supuesto también elude considerar los resultados de las políticas de sanciones aplicadas por los Estados Unidos en los dos últimos siglos. Así encontramos, por ejemplo, que contra la República Española se instauró en 1936 un embargo que le impidió adquirir armas, el cual resultó en el triunfo de una dictadura fascista, que envalentonó a los nazis a iniciar la Segunda Guerra Mundial, con saldo de millones de muertos. Contra Cuba van más de 60 años de bloqueo, sin más resultado que radicalizar su resistencia, y ningún impedimento para el regreso de los sandinistas al poder. El bloqueo contra Iraq causó la muerte por carencias de alrededor de 800.000 personas. Veamos Irán, Venezuela… intentando resistir el cerco.
A propósito de Irán, Nephew definió como un “éxito tremendo” la destrucción de la economía de Irán, y durante una visita a Rusia se lamentó que todavía había abundante comida en la capital del país, a pesar del número de sanciones estadounidenses cada vez mayor. Durante una discusión en un panel sobre su libro en el Centro de Políticas Energéticas en la Universidad de Columbia el 6 de diciembre de 2017, Nephew detalló con una sonrisa aterradora cómo no sólo había saboteado la industria automotora de Irán, sino que atacó “cosas como el desempleo, para tratar de hacer que aumentara y lograr que las cosas sean un poco más complicadas”.
Imagínense que el propio arquitecto de las sanciones asuma, en sus propios calificativos que la aplicación del dolor es desnudo sadismo, a veces con resultados nulos en lo político y devastadores en lo humano. ¡Terrible!
Y hasta le da estética a la cuestión: “a través del examen científico de algunos elementos de la imposición de sanciones se garantiza, creo, que el diseño de sanciones posiblemente seguirá siendo una obra de arte, que requiere flexibilidad, adaptabilidad e intuición tanto como la rigurosa consideración de abstracciones matemáticas”. Nephew detalla clínica y escalofriantemente cómo el dolor es la esencia del régimen de sanciones globales de EE. UU.
Para ir concluyendo mi alusión a la obra de nuestro ilustre visitante y el tema de las sanciones, mencionar además, un extenso estudio que también pueden encontrar en internet, de más de doscientos episodios de sanciones durante el último siglo, donde los autores Hufbauer, Schott, Elliot y Oegg concluyeron que los Estados Unidos habían utilizado la coerción económica mucho más que cualquier otro país del sistema internacional.
En la proyección externa actual de EEUU, la geoeconomía viene ganando terreno como parte de su Estrategia de Seguridad Nacional, constituyéndose como el uso de instrumentos económicos de poder para cumplir objetivos geopolíticos en las relaciones internacionales, e influir en el equilibrio de poder global. Esta reorientación en el uso de instrumentos de poder económico para tratar de mantener el equilibrio global de fuerzas es de gran interés para los países de América Latina y el Caribe. Hay un marcado énfasis en el uso de la geoeconomía como un medio en la disputa hegemónica entre los Estados Unidos y China, que se expresa en la guerra tecnológica y comercial. Habrá que ver si en el mediano y largo plazo estas políticas tendrán efecto favorable o desfavorable a Estados Unidos en el balance mundial de fuerzas. Yo tengo mis dudas.
Lo cierto y lo concreto es que contra una potencia que se presenta como amiga de la humanidad que en realidad enfrenta, no cabe más opción que la respuesta del género humano. O ¿quién puede negar que EEUU se ha convertido en una especie de Fiscal internacional capaz de todo para mantener su hegemonía? ¿Sería descabellado decir que el arte de las sanciones es, en realidad, hacer del terrorismo económico un arte para mantener y aumentar su hegemonía?
Espero que este artículo haya servido, al menos en parte, para para conocer un poco más acerca del funcionario norteamericano que visitará nuestro país.
Hago una pequeña apreciación sobre dicha visita, sin entrar en la danza de titulares sugestivos y especulativos, que afirmaron de forma expresa, literal y directa, que esto es un paso más hacia la extradición de los recientemente declarados significativamente corruptos por la embajada de los EEUU.
Lo considero un desacierto de los medios, plagado del sensacionalismo que los caracteriza, teniendo en cuenta que una extradición es prerrogativa de un JUEZ, del Departamento de Justicia y no del Dpto. de Estado. Y en todo caso, de prosperar un pedido de extradición, no va ser el Sr. Nephew quien lo traiga en su mano.
He preferido no seguir el camino de la especulación, de la que sobran exponentes, y creí apropiado limitarme a brindar algunos datos del ciudadano que visita nuestro país. Creo siempre importante, contribuir al lector dotándolo de elementos que pueda considerar para la formación de su opinión o postura.
Finalmente, si de corrupción se trata, no uno o dos ciudadanos sino el país, está con la soga al cuello y no tengo certeza de a quién le apretará más.
La visita es parte de una agenda internacional de los EEUU y forma parte de una gira, donde Nephew ha pasado ya por Honduras, visitará Guatemala y luego vendrá a nuestro país. Es de esperar una declaración similar a “…continuamos trabajando con Paraguay para reforzar nuestra asociación e intereses compartidos en aumentar la transparencia, luchar contra la corrupción y acabar con la impunidad, trabajar en la prevención; criminalización y aplicación de la ley; cooperación internacional; recuperación de activos; asistencia técnica e intercambio de información.” No creo que mucho más que eso, aunque puedo equivocarme.
Y hablando de corrupción, y con esto concluyo, no me resisto a mencionar la liberación de los sobrinos de Maduro, con la cual la justicia de los Estados Unidos demuestra, una vez más, que pagando sobornos o multas o fianzas se obtienen liberaciones hasta de los traficantes más temibles. Así que es bueno también barajar, que los EEUU hoy, a nivel de justicia, demuestra cada día ser un país más DEBIL.
Y no sólo EE.UU. sino todos los miembros de la OTAN, son camaradas en el crimen contra la prosperidad de la humanidad. Y se basan en la corrupción para cometerlo.