El fantasma de la política de cero covid regresa para cobrarse sus víctimas económicas. China crecerá en 2022 menos que el resto de los países de la región de Asia Oriental y Pacífico por primera vez desde 1990, según un informe del Banco Mundial publicado este martes.
El golpe en la segunda economía del planeta, tras un año de incertidumbre extrema, largos confinamientos y cierres de megaurbes como Shanghái, han provocado que deje de ser la locomotora del crecimiento asiático por primera vez en más de tres décadas.
La institución con sede en Washington ha rebajado sus previsiones de crecimiento para el gigante económico hasta el 2,8%, una fuerte desaceleración con respecto al 8,1% del año pasado. Mientras, se espera que el PIB del resto de la región se eleve hasta el 5,3%, frente al 2,6% de 2021. El alicaído sector inmobiliario chino, que ronda el 30% del PIB, también se encuentra entre las causas del frenazo.
La recuperación en gran parte de la región de Asia Oriental y Pacífico se ha visto impulsada por el tirón de la demanda interna, posibilitada a su vez por la relajación de las restricciones de la covid, y el crecimiento de las exportaciones. Mientras, en China, un reciente estudio de la Cámara de Comercio de la Unión Europea en este país alertaba la semana pasada de la “pérdida de confianza” de los empresarios europeos, y de su posible fuga hacia “otros mercados emergentes” de la zona.
“Creo que hay una necesidad desesperada para que cambie esta política [de cero covid]”, explica al teléfono Zhang Jun, director del China Center for Economic Studies de la Universidad de Fudan, en Shanghái.
Zhang no prevé, en cualquier caso, un regreso de aquella China con cifras de hipercrecimiento, sino a otra de expansión “moderada”, en el entorno del 5%, siguiendo con la tendencia de antes de la era covid.