Medios alemanes y daneses informan que los gasoductos Nordstream 1 y 2, específicamente en las zonas de sus aguas territoriales, habrían sufrido daños gravísimos, lo que es confirmado por fuentes rusas.
La principal sospecha, según la prensa danesa y alemana, es que habrían sido saboteados e incluso sufrido un bombardeo submarino.
Estas hipótesis aún están en investigación pero todo apunta a que ambos gasoductos rusos sufrieron un ataque por parte de los Estados Unidos, el único país con potencial militar y suficientes intereses económicos para llevar a cabo dicha maniobra en perjuicio, no sólo de Rusia sino también de las naciones europeas.