El cardenal católico Joseph Zen, de 90 años, compareció en los tribunales hongkoneses este lunes junto con cinco activistas prodemocráticos por su presunta vinculación con un fondo que buscaba ayudar a los manifestantes arrestados o heridos durante el movimiento antigubernamental de 2019.
Zen, uno de los clérigos católicos de más alto rango de Asia, y el resto de acusados fueron arrestados el pasado mayo en virtud de una controvertida ley de seguridad nacional por su presunta «colusión con fuerzas extranjeras» a través del «Fondo de Ayuda Humanitaria 612», del cual Zen era fideicomisario.
El arresto del nonagenario, uno de los dos únicos cardenales vivos en China y miembro del comité asesor del Vaticano para China, conmocionó al mundo católico y provocó suspicacias sobre los intentos de la Santa Sede de reconstruir sus lazos con Pekín.
Este lunes, Zen entró en la corte de West Kowloon de la ciudad con la ayuda de un bastón ante la atenta mirada de representantes de los consulados de Canadá, Reino Unido y Alemania destacados en Hong Kong, quienes también asistieron a la audiencia.
Zen, catalogado como un «obispo rebelde» cuando encabezó la Iglesia Católica de Hong Kong entre 2002 y 2009, hizo después campaña activa por una mayor democracia en Hong Kong y libertades religiosas en China continental.
El cardenal también criticó sutilmente el histórico acuerdo de la Iglesia Católica Romana firmado en 2018 con China, mediante el cual el papa reconocería a los obispos nombrados por el gobierno chino, y a su vez éste reconocería al papa como único líder de la Iglesia católica.
Zen ha calificado el acuerdo de 2018 como una «venta» de los católicos clandestinos en China, y en 2020 viajó a Roma para instar al papa Francisco a que no renovara el acuerdo, pero se le negó una audiencia.
Luego de regresar a Roma desde Kazajistán hace dos semanas, el papa Francisco solo indicó sobre este caso que «China es un país complejo».