Fue destituido del Ministerio del Interior por sus vínculos con el narco más buscado de Brasil, pero Arnaldo Giuzzio sigue husmeando en instituciones altamente sensibles a la seguridad y el combate al crimen organizado, como la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad), dirigida por su incondicional, Zully Rolón. Una investigación realizada por el diario La Nación constató que el defenestrado exministro va cuando quiere, entra y sale frecuentemente de la institución, con todas las prerrogativas de cualquier máxima autoridad.
El ex ministro de la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad) y del Interior Arnaldo Giuzzio, que calzó como un disparador de la campaña proselitista oficialista, valiéndose de algunas instituciones e intentando prender fuego a las que no se alinean a sus objetivos, como el Ministerio Público, al que busca descabezar precisamente desde meses previos en que se activaran varios operativos antidrogas, frecuenta la institución antinarcóticos como si fuera un funcionario en cumplimiento de sus labores, revela el trabajo periodístico.
Aprovechándose del beneficio que le otorga la Ley 6667 que rige para los ex altos funcionarios de la Senad de contar con custodia hasta dos años después de haber dejado la institución, Giuzzio se pasea por las oficinas del ente, pese a que precisamente fue destituido del cargo público por sus vinculaciones con Marcus Vinicius Espíndola, presunto narcotraficante de gran interés del Brasil.
El exministro tiene a disposición dos camionetas del Estado, cobertura de guardia permanente. Uno de los móviles es una camioneta Toyota Prado color plata, propiedad de la Senad, y la otra es una Land Cruiser del Ministerio del Interior, según comprobó La Nación.
En la Toyota Prado de la Senad frecuenta esta institución y por los antecedentes de conexión con presunto capo narco, sus visitas alertaron para que fuentes provean la información.
¿Por qué un ex ministro destituido por sus vínculos con el narcotráfico y que se dedicó en los últimos tiempos a campañas mediáticas para desviar el problema de seguridad sigue ingresando a la Senad?, es una pregunta cuya respuesta capaz guarde relación con los últimos ataques políticos que viene realizando a través de la prensa oficialista, utilizando información reservada conforme a sus intereses.
DÉBIL ARGUMENTO
La ministra de la Senad, Zully Rolón, ensayó una versión muy poco convincente sobre las “visitas” de Giuzzio a su institución.
Al parecer, leal al ex funcionario que le cedió el puesto, la secretaria de Estado argumentó que en el contexto de la cobertura de seguridad que tiene el ex ministro se toma la molestia de llevar hasta la Senad la camioneta para el mantenimiento de la misma. “Él viene, en ese contexto, a dejar su vehículo para su mantenimiento correspondiente, porque eso sí es nuestra responsabilidad y seguramente que al dejar se le ve, pero él no hace oficina acá, yo, para ser sincera, en una oportunidad conversé con él encontrándole por el patio, le invité a pasar y fue nada más que eso”, sostuvo Rolón al equipo de investigación.
Llama la atención que, para el servicio de mantenimiento, Giuzzio traslade el vehículo hasta la Senad y no hasta un taller. Consultada si esta tarea no le corresponde al chofer asignado, Rolón manifestó: “Pero nosotros no le podemos negar la entrada a nadie a la institución, yo creo que él de paso suele hacer eso. Pero yo desconozco porque él trata con la dirección de servicios generales y también con la dirección administrativa”.
“JJ”, BRAZO DE GIUZZIO EN MINISTERIO
La Nación reveló que Juan Manuel Jara, conocido como “JJ”, aunque varios quienes trabajaron con él lo llaman “Pepino”, es un incondicional a Giuzzio y a quien este nombró director de inteligencia de la Senad durante su administración.
Al asumir como ministro del Interior, Giuzzio llevó a su leal “JJ” a esta institución donde todavía ocupa un puesto y desde donde opera para mantener informado a su padrino político. Fuentes muy fidedignas incluso alertan que “JJ” está en un fuerte operativo de presión a funcionarios de inteligencia de la Senad sobre datos estadísticos para generar otro ataque político, a través de la prensa amiga con información sesgada como la trascendida recientemente desde la Seprelad.