Quisiera comenzar este artículo señalando a uno de los escritores que leí cuando tenía veinte años. La cita que extraigo es de uno de sus libros publicado en 1988, Versos Satánicos. Debido a este libro, el Ayatolá Jomeini lanzo una fatua contra él, odio islamista que dura hasta nuestros días.
«La misión del poeta es nombrar lo innombrable, denunciar el engaño, tomar partido, iniciar discusiones, dar forma al mundo e impedir que se duerma.»
Esto mismo es lo que hizo el Judío Ortodoxo rabino, Yehuda Levin de Brooklyn en Nueva York, un activista muy prominente, con el que estoy de acuerdo al decir que el aborto es genocidio. Él dice que el aborto fácilmente y justamente se puede comparar al Holocausto, los linchamientos y cualquier otro crimen contra la humanidad. El rabino argumenta que:
«Cada forma de genocidio, ya sea holocausto, linchamiento, aborto, etc., difiere de las
otras en los motivos y los métodos de sus atacantes, pero cada forma de genocidio es
idéntica a la otra en la que involucra la masacre sistemática de víctimas que no se pueden
defender y son inocentes, mientras se les niega su «derecho de persona».
La «tolerancia» hacia la práctica pecaminosa es la vía rápida hacia el fracaso de una familia, de la sociedad y de toda una nación. No es posible que una persona por causa de «los derechos humanos» sea desobediente a los valores e identidad judeo-cristiana, y los demás nos quedemos con los brazos cruzados o aplaudamos su mala conducta, sin alzar la pluma o la voz. Si hemos llegado hasta aquí es debido a la laxitud de los conservadores, un silencio tras haber abandonado las trincheras.
Durante mucho tiempo hemos estado observando con total pasividad como el liberalismo, como en tiempos de Josué ha traído a nuestras naciones occidentales todo tipo de desenfreno, libertinaje sexual, violencia desmedida, el aborto, la homosexualidad, el feminismo desmedido, la ideología de género, la cultura de la cancelación, etc., y los conservadores y tradicionalistas solo hemos puesto en práctica nuestra pasividad. Todo esto ha traído la decadencia de los verdaderos valores de nuestra cultura, la desintegración de la familia, debilitando la identidad de nuestros pueblos.
Ahora tenemos dos modelos enfrentados entre sí, un choque cultural en el seno de occidente, ambos dirigidos hacia un mundo orweliano, en el que únicamente una vuelta a Dios puede volver a encauzar la sociedad, la familia y el sistema, y un tercero fuera de nuestras fronteras, el modelo chino.
Ahora hablemos de las palabras de Elie Wiesel, que cuando fue consultado por la prensa que es lo que pensó del mural que presentó el Proyecto Genocidio (GAP) en el campus de la universidad en el que estaba dando una charla, el sobreviviente del holocausto Elie Wiesel dijo «siento que es malo, una vez que comienzan a comparar, todo el mundo pierde» talvez el Señor Wiesel nunca leyó las cartas publicadas por el Dr. Martin Luther King desde la cárcel de Birmingham en 1963 en las cuales comparaba el maltrato de judíos en Alemania con el maltrato de negros en América las cuales fueron publicadas en The Atlantic Monthly, agosto de 1963 bajo el título «El negro es tu hermano», en él, el líder de los derechos civiles construyó sobre el consenso de que el holocausto no era simplemente un mal sino un mal intolerable. El Dr. King ayudó a crear un consenso similar de que la segregación salvaje no era solo inmoral, sino una inmoralidad intolerable, como lo fue la exterminación de los judíos. Nuestro mural de (GAP) nada más extiende la lógica del Dr. King al hacer las comparaciones, para ayudar a que las conciencias entiendan de que el asesinato de un niño no nacido no puede ni debe ser trivial como un mal común, es un mal intolerable cuya inmensidad es comparable con los crímenes en contra de la humanidad.
El columnista Judío Ben Stein, hace eco a estas declaraciones, en mayo de 1998 en el American Spectator:
Pro-abortistas no pueden ver su trabajo o el trabajo de los que a ellos defienden. Por todo el país, ellos huyen de las fotos de los bebes asesinados en los abortos, a través de sus grandes y poderosos grupos políticos, los abortistas piden a las estaciones de televisión que rechacen anuncios en los cuales se enseñan artefactos que se utilizan para practicar abortos y/o abortos parciales. Ellos ni siquiera le permitirán a la gente ver que sus políticas son malas. Ellos son, por lo menos a mi parecer, como los alemanes que rechazaban siquiera pensar en lo que estaba pasando en Dachau y que luego vomitaron al ver lo que sucedió ahí y pidieron nunca más verlo de nuevo.
El rabino Judío Jacob Neusner propone una comparación similar entre el genocidio del holocausto con el genocidio del aborto, él es un profesor de religión de la Universidad del Sur de Florida, Tampa. El rabino publicó un artículo en el cual propone estas observaciones: ¿Cómo es que los abortos masivos en Israel, de acuerdo a como son practicados por la población secular, pero no la religiosa, no son comparables con asesinatos masivos de los niños Judíos en la Alemania de antes? De acuerdo a como crecen los números, ¿Cuándo es que se puede considerar, según el volumen de vidas perdidas, holocausto a este asesinato de millones de vidas? Este es un nuevo holocausto. Cada niño judío que nace en el Estado de Israel, es un sobreviviente del Holocausto nuevo que está amparado por la ley de Israel.
La diferencia es que Alemania ha admitido su culpa, pero por el asesinato anual de miles de niños Judíos, el Estado de Israel no admite nada.