Hay que aprender a distinguir, San Remo Music Festival (Italia) no es lo mismo que San Remo Music Awards (Cuba)el último intento de la dictadura cubana de lavar el rostro de su propio retrato de Dorian Gray caribeño. En Paraguay dirían: “que formalitos que son los dictadores” tratando de distraernos de la verdadera esencia macabra de lo que planifican para el abril más negro de la historia reciente de Cuba.
Si Cuba fuera un caso suelto, no preocuparía más allá de la empatía con los que sufren, pero la isla cárcel es el eje que articula las iniciativas del foro de Sao Paulo y el grupo de Puebla como recientemente nos lo confirmó otro dictadorzuelo, Nicolás Maduro, y los satélites en Paraguay de esas iniciativas con las pretensiones de importar el modelo a tierras guaraníes.
Lis Cuesta, flamante primera dama de la infausta dictadura cubana, se le ocurrió organizar para el mes de Abril un festival internacional de música, plagiando el famoso evento italiano, con el clarísimo propósito de crear una cortina de humo, complaciendo a la plebe con la máxima romana de: Circo y Cerveza. Hicieron la convocatoria, contrataron promotores y convocaron artistas de renombre mundial: Alex Ubago, Andy y Lucas, Kalimba.
La imagen del gobierno de la Habana se ha deteriorado en los dos últimos años después de las multitudinarias protestas del 11 de Julio y la cruenta represión contra los manifestantes pacíficos y sus duras condenas incluso a menores de edad. En una realidad paralela distópica y orwelliana dónde al influencer y opositor Yoandy Montiel, apodado “el gato de Cuba” le condenaron a 5 años de cárcel por burlarse del presidente. Toda la información está en internet, al lector ávido no le será difícil contrastar.
El escenario montado y los artistas invitados para distraer la atención de los dos polémicos anteproyectos de ley que pretenden hacer aprobar, el del código de familias que elimina el concepto de patria potestad y lo reemplaza por “responsabilidad parental” y establece que la educación de los hijos está supeditada a los intereses del estado socialista y sus dudosos criterios morales, y el código penal que penaliza el “abuso de libertad religiosa” si alguien se negara a empuñar las armas para defender al socialismo, puede ser condenado a prisión por hasta 8 años, o por denunciar a los altos cargos del politburó. Más detallado en mi artículo anterior.
¿Y qué pasó? Gracias a la movilización internacional de la oposición cubana que anhela democracia y libertad, (representada en Paraguay por la agrupación Ignacio Agramonte), llegó a oídos de los artistas invitados que la verdadera organización del evento, corrió a cargo de la primera dama y el ministerio de cultura de la autocracia más antigua del continente. Estas fueron sus reacciones:
Alex Ubago lo anunció unos días después en Twitter: «A pesar de mis fans en la Isla y de la ilusión que me hacía estar allí por primera vez, tras tener toda la información sobre la organización del evento y dada la situación que está viviendo el país, creo que no debo ir». Además del video que publicó y que no cabe en prensa plana.
Lucas González, del dúo Andy y Lucas, en sus redes explicó que tampoco iría porque el grupo «no apoya ningún régimen dictatorial ni a gente que mete niños presos y deja que un pueblo pase hambre».
Artistas cubanos populares como Raúl Paz y Telmary también retiraron su participación.
Por supuesto el cacareo del gobierno no se hizo esperar, alegando boicot y amedrentamiento a los artistas. El cantante pro-dictadura Israel Rojas, oportunista conocido, capitalizando los frutos de ponerse del lado equivocado en rio revuelto, exhortó a esos artistas internacionales a no dejarse presionar. Medios oficialistas del gobierno de Miguel Diaz-Canel Bermudez, el títere de turno, “denunciaron” el avispero mediático logrado por la oposición cubana de la mano del influencer Alexander Otaola desde la ciudad de Miami en los Estados Unidos.
Ahora la dictadura asegura que: el “San Remo Va”, pero va sin remos y América despierta en su percepción del gobierno de la Habana, como lo que realmente es, un sistema oprobioso y tiránico que debe terminar.