Los medios de comunicación progresistas, desde hace varios años, están operando para impulsar una nueva narrativa sobre el trastorno de la pedofilia. La intención es clara: desestigmatizar la desviación sexual para, posteriormente, normalizarla ante los ojos de la sociedad.
Para lograr este objetivo, los medios están exhibiendo y dándole tribuna a la corriente de pensamiento que asegura que los pedófilos nacen con desviaciones cerebrales que los impulsan a sentirse atraídos por niños y no que se fueron haciendo por el camino. Esta tesis es impulsada por especialistas como el criticado Dr. James Cantor, del centro de Adicción y Salud Mental de Toronto, en Canadá, quien se ha dedicado a estudiar los cerebros de pederastas y llegó a la controvertida determinación de que la pedofilia es una “orientación sexual”, como la heterosexualidad o la homosexualidad.
Estos “estudios” han determinado que los pedófilos tienen cables cruzados en el cerebro que, en lugar de provocarle un sentimiento de protección hacia los niños, les activan deseos sexuales.
A pesar de los estudios y teorías, no existe un consenso científico sobre cómo, dónde y por qué se origina la pedofilia. Tampoco se sabe si un pedófilo puede ser curado o no de su trastorno. De las pocas certezas que se tiene acerca de la pedofilia es que es, inequívocamente, rechazada por la mayor parte de la sociedad, pues indudablemente existe temor del daño que puede sufrir un niño a manos de una persona adulta atraída sexualmente por infantes.
No obstante, desde hace mucho tiempo, existen movimientos y activistas que buscan normalizar y lavar la imagen negativa de la pedofilia. Tal y como se lee en The Guardian, en 1976, el Consejo Nacional para las Libertades Civiles, hizo una monstruosa presentación ante el comité de revisión del derecho penal del parlamento que decía: “Las experiencias sexuales en la infancia, realizadas voluntariamente con un adulto (…) no producen ningún daño identificable (…) Lo que realmente se necesita es un cambio en la actitud que asume que todos los casos de pedofilia producen un daño duradero”.
Hasta hoy hay personas y grupos que mantienen este argumento. También hay medios de comunicación progresistas que han dado espacios a la normalización de la pedofilia, publicando artículos donde se presenta de forma cálida y empática a los pedófilos autodenominados “virtuosos” o “no agresores”. Personas que aseguran nunca haber abusado de un niño, pero que se sienten atraídos sexualmente por ellos.
Los Angeles Times, en 2013, publicó un artículo titulado “Muchos investigadores tienen una visión diferente de la pedofilia”; en la pieza se lee: “Al igual que muchas formas de desviación sexual, antes se pensaba que la pedofilia se debía a influencias psicológicas en los primeros años de vida. Ahora, muchos expertos la consideran una orientación sexual tan inmutable como la heterosexualidad o la homosexualidad. Se trata de una predisposición muy arraigada -limitada casi exclusivamente a los hombres- que se hace patente durante la pubertad y no cambia”.
En ese artículo aparece una frase que, prácticamente, se ha vuelto un común denominador en la prensa progresista: “No todos los pedófilos abusan de los niños. Tampoco todos los pederastas son pedófilos”.
Un año más tarde, en The New York Times, se publicó una columna de opinión titulada: “La pedofilia: Un trastorno, no un delito”. En el artículo se lee: “El sitio web Virtuous Pedophiles está lleno de testimonios de personas que juran no tocar nunca a un niño y, sin embargo, viven aterrorizados. Deben ocultar su trastorno a todos sus conocidos, o arriesgarse a perder oportunidades educativas y laborales, y enfrentarse a la posibilidad de sufrir acoso e incluso violencia. Muchos se sienten aislados; algunos contemplan el suicidio”.
El artículo pide, básicamente, que se deje de estigmatizar a la pedofilia y se empiece a tener empatía con los pedófilos.
Las lluvias de comentarios negativos contra el Times no han parado desde 2014, sobre todo en redes sociales.
Recientemente, USA Today vivió una experiencia similar al Times tras publicar un artículo y un hilo en Twitter normalizando la pedofilia y presentando los controvertidos puntos de vista de científicos y especialistas como el Dr. Cantor.
De acuerdo con el hilo, eliminado tras la gran ola de críticas, el Dr. Cantor explicó “que los pedófilos necesitan un mejor acceso a la terapia, que puede ser difícil, ya que los afectados pueden tener vergüenza de buscar ayuda o estar preocupados por ser denunciados a las autoridades si lo hacen”.
A raíz de los cuestionamientos, USA Today también decidió cambiar el título del artículo. En un principio era “What the public keeps getting wrong about pedophilia” (Lo que el público sigue entendiendo mal sobre la pedofilia), posteriormente sustituido por un título más general: “The complicated research behind pedophilia” (La complicada investigación sobre la pedofilia).
Estos artículos publicados en The New York Times y en LA Times, en USA Today presentan a la pedofilia como un trastorno que no es elegido por sus víctimas (los pedófilos) basándose en la opinión de “los expertos” que piden empatía para estas personas con trastornos inaceptables.
Pero más allá de los artículos donde se intenta explicar los posibles orígenes del trastorno pedófilo, hay medios que han ido más allá al momento de buscar la normalización de la pedofilia. Es el caso de la revista canadiense VICE.
VICE es, por ejemplo, una revista defensora de los pedófilos autodefinidos como “no agresores”, a quienes califica como una “comunidad” donde “la mayoría de ellos afirma que nunca se ha comprometido sexualmente con un menor. También afirman que nunca tienen la intención de hacerlo”.
El reportaje donde VICE hace una abierta apología a la pedofilia se titula: «Pasé un año viviendo con pedófilos “no agresores”. Fue publicado en 2017 y escrito por Alexander McBride Wilson. Allí se narra la historia de varios “pedófilos virtuosos” que aseveraron “jamás” intentar abusar de un menor y no tienen la intención de hacerlo.
Una de las estrellas del reportaje de VICE es un hombre llamado Gary Gibson, de 65 años, quien fue acusado por violación por una hija adoptiva que tuvo 12 años atrás, de acuerdo con el diario británico Daily Mail.
En otro artículo, VICE defiende a los pedófilos de la cancelación que reciben en redes sociales. «Los sitios de redes sociales no pueden decidir cómo tratar a los pedófilos “no agresores”».
Preocupación por la normalización de la pedofilia
A medida que la narrativa empática hacia los pedófilos gana espacios en los medios progresistas, existe un sentimiento de preocupación que va creciendo y se manifiesta en redes sociales y artículos de opinión en medio alternativos y conservadores.
«La izquierda tiene un problema de pedofilia, y seguirá empeorando a menos que la derecha se desentienda por completo de las apelaciones poco sinceras a la “tolerancia”, los eslóganes sin sentido como “el amor es el amor” o los insultos vacíos como “homófobo”», escribió para The Federalist, Spencer Lindquist. «Estos recursos retóricos no se utilizan de buena fe, y tratarlos como si fueran otra cosa que maniobras bien elaboradas para socavar cualquier ética sexual que deje intacta la inocencia infantil es el colmo de la ingenuidad».
En redes, particularmente en Twitter, también se leen críticas a quienes buscar normalizar la pedofilia y preocupaciones por las consecuencias que podrían generarse si este trastorno empieza a ser socialmente aceptable.
“Como cristiano, creo firmemente que debemos mostrar compasión hacia los pedófilos, sin dejar de priorizar claramente la seguridad de los niños. Pero eres un absoluto idiota si crees que las principales instituciones de este país no están dispuestas a normalizar la pedofilia y llamarlo tolerancia”, escribió Mark Hemingway, de RealClearInvestigations.
Desde hace varios días el tema de la pedofilia está entre los más importantes de Twitter, con influencers, periodistas y miles de ciudadanos opinando sobre lo grave que sería para la sociedad la desestigmatización y normalización del trastorno pedófilo. Ante este panorama, existe la preocupación de que crezca la campaña de aceptación de la pedofilia, provocando directa o indirectamente la monstruosa aceptación de la pederastia por cierto sector de la sociedad.
Los medios como VICE o USA Today, mientras tanto, no presentan estas preocupaciones e inquietudes en sus artículos publicados, dejando únicamente el enfoque condescendiente y compasivo hacia los pedófilos. Un síntoma de que la normalización de la pedofilia continuará ganando espacios en los medios progresistas.