A pesar de las muchas críticas que está recibiendo, creemos que somos muchos más los que aplaudimos a Djokovic y le damos las gracias por su valentía y por mantener sus principios ante el gobierno australiano. Que alguien tan famoso como él haya plantado cara a un gobierno que está demostrando lo que está demostrando el australiano, es todo un espaldarazo para todos los que pretendemos plantar cara a esta farsa.
Así lo ha debido sentir, también, el escritor y periodista Juan Manuel de Prada, por lo que hemos podido leer en un reciente artículo que ha publicado hoy ‘ABC’ y que se titula: “Una leyenda llamada Djokovic”.
En ese artículo, de Prada, destaca, también, esa valentía del jugador serbio a la que hacíamos antes mención en este mismo artículo: “Dentro de cien años, Djokovic será recordado como Owens o Maradona. Seguramente habrá otros que cosechen más títulos o batan más récords; pero solo dejarán detrás de sí una aburrida estadística que otros más dotados harán palidecer en el futuro. A Djokovic, en cambio, nadie podrá disputarle la gloria de haberse injertado en la Historia para siempre”.
Añade, además: “Hoy puede parecer que es la suya una gloria infame que solo ‘representa’ a una minoría convertida en chivo expiatorio por una generación sumisa y cobarde. También Owens representan solo a unos negros mugrientos; también Maradona representaba solo a unos sudacas charlatanes. Pero pasarán los años, pasarán las hazañas deportivas y resplandecerá la leyenda del hoy estigmatizado Djokovic. […] Y Dios, que ve en lo oscuro, lo recompensará”.
Y atentos a este párrafo porque a buen entendedor pocas palabras le bastan: “Los aficionados al tenis saben que Djokovic es mejor tenista que cualquiera de los que han competido contra él. También lo saben estos tenistas, incluidos quienes en estos días han hecho declaraciones miserables, excitados ante la posibilidad de aventajarlo en la aburrida estadística que dentro de cincuenta años nadie recordará. Pero dentro de cincuenta años, cuando encorvados y decrépitos (aunque con ridículo injerto capilar intacto) se paseen por un parque, habrá un niño que se les acerque y les diga: “¿Es verdad que usted tuvo el honor de jugar con Djokovic?”
Por cierto y volviendo al enfrentamiento que mantiene con el gobierno australiano, lo último que sabemos es que ha declarado lo siguiente: “Quiero quedarme e intentar competir en el Abierto de Australia”.