Tal como lo he comentado anteriormente, de conformidad con el cronograma electoral del Paraguay, una vez realizadas las elecciones municipales en noviembre de 2021, el evento inmediato posterior, corresponde justamente a la elecciones de Presidente, Parlamentarios, Gobernadores y Juntas Departamentales, las cuales tendrán lugar el próximo 30 abril de 2023. Por supuesto, el plato fuerte de dicha jornada es sin duda, la elección de un nuevo mandatario nacional.
En ese sentido, básicamente se presentan dos grandes bloques, a saber: el oficialismo representado por el partido Asociación Nacional República – Partido Colorado (ANR) y; la oposición reunida en una suerte de collage, un conglomerado muy heterogéneo bajo la denominación “Concertación”, que en crudo, se trata de un bloque anti-ANR constituido por partidos fundamentalmente centro-izquierdistas e izquierdistas radicales.
En cuanto a la ANR, básicamente existen dos sub-bloques internos, por una parte el oficialismo con el Movimiento Añateté que hasta ahora correrá con el actual Vice-Presidente Hugo Velázquez (El Toro), quien no ha definido su compañero de fórmula y al mismo tiempo, ha lanzado sobre la mesa la posibilidad que su compañero no necesariamente sea un militante de dicho partido.
Pero la pre-candidatura de Velázquez, hasta el momento, presenta más sombras que luces, comenzando por la indefinición de su compañero de dupla y su propuesta de una fórmula mixta, enfrenta un serio obstáculo, y, es que para materializar ésta, primero requiere condición sine qua non, una modificación de los estatutos del partido, algo que a juzgar por el tiempo, luce poco probable. Además, tampoco está claro si el actual Vice-Presidente se presentará por Añeteté o si lo hará por otro movimiento e incluso por una coalición de movimientos. Sin contar, que Velázquez, parece cargar con el peso de la impopularidad del Presidente Mario Benítez, con lo cual, se trata de una pre-candidatura que no termina de despegar, por lo que existen algunos rumores que el mandatario le dio plazo hasta marzo del corriente para que se consolide, caso contrario, Añeteté buscaría otra opción. Aunque, como todo en política, no está todo definido, por lo que la suerte de El Toro no está echada.
Aguas adentro de la ANR, pero del otro extremo del péndulo, el Movimiento Honor Colorado liderado por el propio exmandatario Horacio Cartes, se presenta una fórmula tradicional, vale decir, absolutamente colorada e integrada por el Economista Santiago Peña y el actual Presidente de la ANR el Diputado Pedro Alliana. Esta dupla es la que hasta ahora goza de mayor favoritismo según se observa en las diversas redes sociales e incluso por el número de líderes de seccionales de la ANR que logró nuclear. Pero de vuelta, nada está dicho hasta que se midan en las internas coloradas.
Donde el panorama resulta más complejo e indefinido, es en la oposición, algo realmente propio cuando se trata de esfuerzo multi-partidos, tal como es el caso de esta nueva edición del bloque anti-ANR ahora bajo la denominación de “Concertación”. Como es esperarse, Efraín Alegre, el controversial Presidente del Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA), ha estado calentando motores a lo interno de su organización para lograr una tercera y consecutiva postulación para el cargo, ¿la tercera será la vencida? Lo cierto del caso, es que Alegre tiene una fuerte oposición a lo interno del PLRA, situación que dificultará enormemente que se queda con la postulación en la tolda azul.
Del ala de la izquierda y las mujeres, también saltan algunos nombres, como el de la Diputada Kattya González del Partido Encuentro Nacional (PEN), quien inicialmente asomó sus aspiraciones serían hasta la Vice-Presidencia, sin embargo, más tarde no descartó la posibilidad de liderar la fórmula de la Concertación, ¿acaso sería éste un consejo de su cercano amigo el cocalero Evo Morales? Por razones obvias, no tengo la respuesta, lo cierto del caso, es que González es una figura muy mediática, un tanto disparatada, con débil o muy pobre formación en los temas de Estado, por lo que no luce como una opción muy pobre, aunque, después de lo de Chile, todo es posible.
Otra figura de la izquierda y más propiamente dicho anarquista, con mayor popularidad y me atrevo a señalar con mayor capacidad de arrastre que los dos anteriores, es el ex Senador Payo Cubas. Despreciado por muchos, minimizado por otros, pero para mi, se encuentra hoy desde la modalidad de “trabajo de hormiga”, constituye el gen de ese apetito de cambio y un cambio bien radical tan anhelado por un amplio sector de la sociedad paraguaya. Si bien es cierto, que no comulgo en lo personal con la mayoría de las propuestas de Cubas, creo que es un candidato que podría terminar resultado el Pedro Castillo del Perú, así que, no recomiendo que lo subestimen, más cuando es el gran favorito de las generaciones jóvenes de la capital y el Departamento Central.
Elevando más la temperatura, otro que rompió el silencio y está comenzando a calentar motores para la carrera presidencial, es el Senador Fernando Lugo, quien al parecer se envalentonó luego de la victoria del ultra-izquierdista Boric en Chile y luego por la aceptación de su demanda por parte de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). No obstante, éste inmoral personaje, incapaz de ni ofrecer una paternidad responsable como de respetar la soberanía nacional paraguaya ante la embestida del un extranjero como Nicolás Maduro quien intentó fraguar un golpe de Estado, en caso que se presente, su candidatura no estará librada de algunos litigios legales, pues, se deberá definir si constitucionalmente está habilitado para dicha candidatura. Otra duda cercana a esta posible candidatura, es que, ¿si se le frustra la tentativa al Obispo gozón, será sustituido por su discípula la Senadora Esperanza Martínez, Desiree Masi o por el actual Canciller Euclides Acevedo? Sólo el tiempo nos despejará la respuesta.
Finalmente, el caso de Patria Querida, hoy reducida a una suerte de actitud fácilmente catalogable de cantinflesca, pues, más allá de auto-definirse ideológicamente como un partido “de centro”, su base electoral fundamentalmente son propietarios-productores y clase media, paradójicamente termina en una alianza dominada por izquierdistas e izquierdistas radicales, que justamente son enemigos de la propiedad privada. Sin duda, la incoherencia reina en la tolda liderada por Miguel Carrizosa, cuyo destino claro será la pérdida de su base electoral hasta su desaparición, en caso que no haya una reconducción seria que permita una conexión coherentemente con las expectativas de su base.