A pocos días para el comienzo del Abierto de Australia, pautado para el próximo 17 de enero, las autoridades del torneo han decidido aplicar un importante cambio en sus políticas sanitarias y han determinado que aquellos tenistas que no estén vacunados contra el covid-19 podrán competir, aunque previamente deberán tener la autorización de parte de un comité de expertos independiente de la organización del certamen.
La política de vacunación obligatoria había amenazado con dejar afuera a algunas estrellas, tal es el caso del número uno del mundo, el serbio Novak Djokovic, mientras que otros jugadores habían decidido ausentarse del certamen de manera voluntaria por no estar dispuestos a recibir las dosis contra el coronavirus.
De esta manera, los organizadores del Abierto de Australia también buscan evitar, además de la de Djokovic, más bajas voluntarias como las que ya ocurrieron con el francés Pierre-Hugues Herbert y la joven local Olivia Gadecki, quienes han expresado abiertamente su negativa a recibir la vacuna contra el coronavirus.