La derecha es acusada, con frecuencia, por una subestimación del impacto de la ‘batalla cultural’ en la evolución del conflicto político. Luis Lacalle Pou, presidente de Uruguay, parece decidido a ingresar a ese ring-side para reducir el espacio de sus rivales del Frente Amplio en las próximas generaciones.
Esto es lo surge de la lectura del informe publicado por la revista Búsqueda, de Montevideo, acerca de la agenda política 2022 de Lacalle Pou, con eje en sindicatos -un baluarte presente del Frente Amplio- y la educación -la disputa por el futuro del Uruguay-.
- La reforma sindical es casi obvia: la central de trabajadores uruguaya participa del Frente Amplio y su anterior secretario general intenta convertirse en el próximo presidenciable de la coalición de socialistas, comunistas y otras fuerzas de izquierda.
- La cuestión educativa tiene que ver con el mercado de recursos humanos futuro de Uruguay, sus posibilidades de recibir inversiones de trabajo menos primario y alejar a las nuevas generaciones del tradicional ‘discurso’ de la izquierda regional.
Año clave
El Plan de Desarrollo Educativo 2020-2024 de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) ya fue cuestionado, entre otros colectivos gremiales, por la Asociación de Funcionarios de la Universidad del Trabajo del Uruguay (Afutu) en protesta porque la reformulación educativa proyectada implica para ese gremio docente un “recorte de horas y de grupos” y augura una “movilización de la educación terrible”, explicó Búsqueda.
“Estamos mal desde hace demasiados años; con problemas de rezago, repetición, abandono, insuficiencia en los aprendizajes, problemas de inequidad en el ejercicio del derecho a la educación, y la pandemia agravó las cosas”, explicó el titular del Consejo Directivo Central (Codicen) de la ANEP, Robert Silva.
Un estudio de la Unesco en 2019 muestra que Uruguay “está planchado” desde hace 25 años, mínimo, en aprendizajes básicos como Matemáticas y Lengua.
Lacalle Pou irá hacia un “cambio curricular integral” y el quinquenal el Plan de Desarrollo Educativo 2020-2024.
El plan oficial incluye además “una política nacional docente que implica la formación de grado universitario”, según el Ministerio de Educación y Cultura (MEC), y una mayor exigencia en la formación de los educadores.
La prueba piloto será en el 4to. año de educación secundaria, y la idea es un cambio brutal en el bachillerato desde 2023: cambios en
- los planes,
- los programas y
- la concepción de los contenidos pedagógicos a escala general y en todos los centros.