A partir del domingo empezó una sorpresiva movida de usinas kirchneristas y de la izquierda intentado demonizar a la diputada electa Victoria Villarruel. En las redes sociales puede observarse una ofensiva muy fuerte contra la figura de quien fuera la segunda candidata de la lista de Javier Milei. Pero el tema pasó de castaño claro a castaño oscuro cuando el propio presidente Alberto Fernández decidió apuntar contra ella sin nombrarla en el acto del día de la militancia.
Según trasciende en ambientes políticos, se percibe un intento de poner a la flamante diputada como autora de un supuesto “delito de negacionismo del genocidio” para intentar que en la sesión de toma de juramento de los nuevos legisladores se presenten impugnaciones para que no pueda asumir.
La ofensiva es motorizada por Horacio Verbitsky y varias operadoras de las ONG que dicen defender los derechos humanos. También forman parte de la conspiración autoritaria destacadas militantes del “Ni una menos” que la agreden por su postura en contra del aborto y de la utilización de las políticas de género.
Mientras tanto, allegados a Patricia Bullrich y otros referentes del ala más dura del PRO revelaron que no van a permitir que se intente impedir la jura de la titular del Centro de Estudios Legales sobre el Terrorismo y sus Víctimas. (CELTyV).
Evidentemente le quieren hacer pagar un alto costo político por ser la voz de tanta gente que no tuvo ningún reconocimiento ni homenaje a sus víctimas asesinadas por el terrorismo marxista de Montoneros y el ERP en la década del 70 en Argentina.