Ayer, 10 de octubre, se conmemoró el día mundial de la salud mental y hoy, quien no se quiso quedar afuera fue el diputado Hugo Ramírez, un habitué de los desvaríos.
Una vez más, Ramírez confunde el culo con la ley. En la ensaladera que evidentemente tiene por cerebro, confundió tasas de vacunación, terapias intensivas, PBI e inversiones extranjeras. Según su siempre trasnochado criterio las inversiones no vienen a nuestro país culpa de los que él ha llamado “Antivacunas”.
Hasta donde yo entiendo, claro que no soy un diputado de la Nación, los inversores extranjeros se van del país cuando los políticos les piden coimas para habilitar sus fábricas o sus empresas; cuando se dan cuenta que no existe financiación; cuando notan la falta de seguridad jurídica y, porque no decirlo, cuando se toman algunos minutos para escucharlo a usted diputado Ramírez y las propuestas casi sicópatas que se le ocurren, dejando entrever que estamos en manos de algunos personajes con cierto grado de inestabilidad mental.