Después de muchos años el mundo se volvió a plantear de manera dual ¿coincidís con esta visión?
Estamos en un proceso de transición porque vivíamos en un mundo unipolar en este período de “pax americana”, donde Estados Unidos era el gran hegemón después de la guerra fría, después del mundo bipolar de la Unión Soviética y Estados Unidos, cae la cortina de hierro, cae el régimen comunista y Estados Unidos se consolida como a gran potencia a nivel internacional. Pero hoy veo que hay un desafío muy grande que viene de China. Y la tendencia de china es una tendencia ascendente mientras que la de Estados Unidos es descendente, entonces quizás haya una bipolaridad por cierto tiempo pero, creo y tengo muchos elementos para especular que China será el próximo hegemón y se convertirá en una unipolaridad en manos de China de acá a unas décadas
¿Consideras que existe una opción superadora o, al menos, una forma de conciliar estas posiciones y lograr un consenso que permita trascender estas posiciones y evitar un hegemón con las características propias de un régimen como el chino?
Bueno, para eso existían organizaciones como las naciones unidas, para generar espacios de contención, para evitar que existiesen, vamos a decir, tiranías globales; pero esos organismos carecen ahora mismo de legitimidad, tienen un alto índice de rechazo popular porque la gente ya que a partir de estos organismos es de donde se exportan todas estas ideas progresistas. Y no de ahora, de esto hace ya más de una década, entonces la gente ya no está sorprendida por esto y eso le genera un gran rechazo a estas organizaciones y también una crisis de legitimidad muy profunda. Se han generado antros de corrupción muy profunda, entonces ¿qué poder que tiene ahora Naciones Unidas? Se convirtió más en un aparato de elaboración de políticas y leyes que provienen del deseo de un grupo de mal llamados filántropos que tienen una visión del mundo y utilizan los aparatos supranacionales y los estados nacionales para llevar a cabo estas políticas.
Los organismos supranacionales han alcanzado un nivel de influencia dentro de las naciones pocas veces visto ¿tienen a tu entender, los estado nación, posibilidades reales de dar la pelea por la soberanía a estos organismos supranacionales? ¿O los estados son hoy por hoy meros administradores de la política globalista de los organismos y sus “filántropos”?
yo diría que salvo países que puedan pertenecer al G7, la Unión Europea como un conjunto si, pero individualmente, salvo Alemania, Francia o el Reino Unido, en Asia tal vez Japón, China y Rusia por el poder militar que aun tiene, el resto de los países no tienen ninguna posibilidad de absolutamente nada, tienen voz y voto pero se trata de un voto nominal, simbólico. Los organismos supranacionales son una argucia de democracia
En Argentina se dio un caso, que si bien no fue el único, fue bastante particular a nivel regional; Mauricio Macri, un político de derecha y a la vez progresista ¿Es esto posible? ¿Ves cómo algo sano que algunas ideas progresistas se infiltren, por llamarlo de alguna manera, en los partidos de derecha?
No, sano de ninguna manera. Y la confusión existe desde el momento en que se asocia que el progresismo es exclusivamente de izquierda, eso es falso. El progresismos también puede ser parte de los que se mal llama derecha hoy ahora. Porque salvo estas disputas entre mercado estado y entre individuo colectivo, el progresista comparte varios puntos; que son utilitaristas, que son materialistas, que son relativistas, que tienen una fe ciega en la ciencia, es decir son cientificistas y ni siquiera son ateos sino que son anticristianos. Y los progresistas que comparten estas características se sienten muy cómodos con todas las agendas del progresismos: Aborto, LGBT, género, etc.; entonces da lo mismo si es un Macri, da lo mismo si es un Piñera, Duque, Fox en México, o lo que venga. El único caso diferente es Jair Bolsonaro en Brasil, por ejemplo. Pero presidentes o líderes que supuestamente eran de derecha y que terminaron siendo serviles al progresismo hay varios ejemplos. Hay una crisis de representación de la derecha en nuestra región.
En Paraguay los partidos se dicen, todos, de derecha. A su vez, el Partido Colorado es profundamente estatista y el Partido Liberal hace alianzas con partidos de la izquierda más rancia enemiga de, por ejemplo, la propiedad privada. ¿Qué marcas indelebles debe tener si o si una fuerza política de derecha?
En primer lugar la defensa irrestricta de la vida, de la familia, la propiedad privada, libertad religiosa, el amor por la patria, resaltar sus tradiciones y costumbres, su música, el concepto de soberanía, que los países tienen una aparato público divididos en tres poderes que tienen que ser autónomos, que no reciben órdenes de nadie y que nacen de la representación del voto; porque a pesar de que la democracia sigue siendo un modelo imperfecto, dentro de los disponibles es el menos malo, evitando esta idea de que nos gobiernan desde afuera.
Estados Unidos dio un giro de 180 grados hacia el progresismo y está dictando prácticamente todas sus políticas basado en la teoría crítica de la raza. ¿Esta nueva forma de hacer política en Estados Unidos llegó para quedarse o es algo pasajero?
La teoría crítica de la raza es uno de los tantos cursos que ha parido el relativismo, porque tienes, por ejemplo, no solo eso; tienes programas académicos que son legitimados en la universidades a nivel de Maestría o Doctorado: estudios de género, estudios críticos de raza, colonialismo, PhD en estudios LGBT. La teoría crítica de la raza es uno de los tantos cursos o teorías que se utilizan para disolver el legado del estado nación y la historia que conlleva ese estado nación, borrar la historia para «resetear». Tu puedes sobre una historia borrada crear una nueva.
Estos movimientos a lo que apuntan son a este fenómeno de política identitaria, a través de los cuales se intenta crear guetos, no a partir de ideologías o de ideas que tu puedas compartir con otros, sino a partir de características que son inmutables como la raza, es decir, soy tu amigo simplemente porque ambos somos negros, más adelante saldrán los latinos y otros. el punto es que la política identitaria es un camino directo hacia la fragmentación social; porque si los negros hoy se juntan por ese criterio de que simplemente son negros, podrán surgir una asociación de ciegos, de amantes del futbol y así puedes ir fragmentando la sociedad en múltiples características, a eso apunta.
En Perú, algo que preocupa en toda la región, se está dando lugar a una posible reforma constitucional que, a juzgar por los actores que la impulsan, podría decantar en algo parecido a lo que estamos viendo en Chile ¿Cuán real es la posibilidad de que esto suceda? Y si se da, ¿Cuánto afectaría a la región?
Esta es una tendencia que no solamente es Chile y Perú, tarde o temprano va a llegar a todos los países, vía reforma constitucionales o de plano asambleas constituyentes que busquen nuevas constituciones. Porque con estos documentos, con estas nuevas Cartas Magnas, lo que se apunta es tallar en piedra todos los principios y objetivos que está planteando el progresismo. Redefinir el concepto de vida, entonces ya no va a ser el concebido el sujeto de derecho, puede serlo la persona, redefinir el concepto de familia, ya no va a ser el concepto de familia tradicional, sino que vamos a hablar de «las» familias. Cuando hablen del rol del Estado, podrán hablar, por ejemplo, de Estados interventores, de Estados que puedan hacer uso de tecnologías de inteligencia artificial para, en nombre de nuestros derechos, socavar nuestros derechos.
¿Entonces coincidís que todo esto forma parte de la agenda globalista?
Cien por ciento. El problema es que cuando la gente escucha agenda globalista dice: «uy que conspiranoico», pero que simplemente vean los hechos. Que interpreten o vean cual es el patrón que está ocurriendo.
Hace unos meses planteaste en una entrevista tus dudas acerca de las vacunas COVID, ¿Mantienes estas dudas o hubo algo que te hizo cambiar de parecer?
No, sigo sin confiar en las vacunas; y sin meterme en los aspectos técnicos, simplemente voy a decir que hay un argumento que a mi me basta para no confiar: Ni los Estados ni las empresas asumen responsabilidades por daños colaterales. Esto es para mi un motivo suficiente.
La última moda de los gobiernos alrededor del mundo, es tratar, no sin encontrar resistencia en la gente, de imponer los famosos pasaportes COVID ¿Cuál es la finalidad que consideras que tienen estos pasaportes? ¿Son realmente para cuidar a las personas?
Finalmente era eso, una herramienta de restricción de libertades, restricción de movimiento, restricción de pensamiento; porque si dices algo en contra de todo lo que tiene que ver con el COVID, aparecen las redes sociales «marcándote» los post o te censuran o te cierran los canales de YouTube, es una censura real y ni siquiera está ejercida por el Estado, peor aun, por plataformas tecnológicas que dominan toda la infraestructura digital, es muy grave.
Por último Miklos, ¿Cómo se frena la ola progresista que se está llevando al mundo y nuestras libertades por delante? ¿Ves en el denominado populismo de derecha una opción o la batalla cultural está perdida?
Tomaría, lo que para mi es el modelo ideal, el de Europa del Este; particularmente los casos de Hungría y de Polonia, esos son los modelos que yo tomaría. Y me da lo mismo si le dicen populismo o no, cualquier modelo, movimiento o líder político que agrupe la voluntad de los millones de personas que están en contra de todas estas exposiciones me parece fantástico. El color de partido o la ideología política que tengan me importa muy poco en la medida que se apoyen esos principios de los que hablamos unas preguntas más atrás