La catarata de renuncias de miembros del gabinete que responden a Cristina Kirchner no puede tener otra interpretación que la de un fuerte presión sobre Alberto Fernández para que se desprenda de los ministros apuntados por el sector duro del kirchnerismo y que hasta ahora el Presidente se niega a soltar.
Los ministros Eduardo ‘Wado’ de Pedro (Interior), Martín Soria (Justicia), Roberto Salvarezza (Ciencia y Tecnología) y las titulares del PAMI, Luana Volnovich, y de la ANSeS, Fernanda Raverta, pusieron a disposición del jefe de Estado sus dimisiones.
Ahora Fernández tendrá que decidir si las acepta. Ninguna tiene, hasta ahora, carácter de indeclinable, lo que hace ostensible la presión.
En los días posteriores a la debacle de las elecciones primarias, Fernández mostró señales de respaldo a los apuntados por el kirchnerismo. Se mostró con Cafiero, Guzmán y Matías Kulfas y este miércoles le dio un rol central al titular del Palacio de Hacienda, que durante la presentación del proyecto de ley de hidrocarburos ensayó una defensa política de su gestión.
Pero mientras hablaban sobre el proyecto en la Casa Rosada se sucedían las cartas de los funcionarios poniendo a disposición sus dimisiones. Por los nombres involucrados no parece que Cristina Kirchner no estuviera al tanto. La Vice recibió a de Pedro y a Máximo Kirchner en su despacho del Senado el lunes posterior al triunfo de Juntos por el Cambio en casi todo el país.
El Presidente y la Vice se reunieron a solas en la noche del martes en la quinta de Olivos. La información señaló que se habló de la estrategia tendiente a dar vuelta el adverso resultado electoral. Los sucesos del día después abren interrogantes sobre si no se llegó a ningún acuerdo o, por el contrario, se rompió alguno.