El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, firmó en vísperas de la marcha por la libertad del 7 de septiembre, un decreto por el cual queda protegido el derecho de los usuarios de todas las redes sociales a ejercer su libertad de expresión.
De esta manera, las empresas conocidas como «Big Tech» no podrán censurar a ningún ciudadano brasilero por sus opiniones, salvo que esas opiniones incumplan las leyes federales de ese país.