La difusión de fotos y videos del cumpleaños de la Primera Dama, Fabiola Yañez en la residencia presidencial de la Quinta de Olivos durante la dura cuarentena impuesta por Alberto Fernández, desató una loca estrategia gubernamental con resultados imprevisibles.
Desde círculos cercanos al matrimonio presidencial especulan con denunciar penalmente a Stefanía Domínguez, ahora ex amiga de la Primera Dama, por haber filtrado las imágenes de la fiesta.
Varios medios informan que un funcionario de Casa Rosada afirmó que «hay capturas de pantalla de su teléfono» (Stefanía Donínguez) y, como estrategia, estarían pensando atribuirle la culpa del escándalo y, de paso, asociar a la joven con una operación política coordinada con el macrismo.
Las consecuencias de este festejo de cumpleaños son hasta ahora imprevisibles, ya que el intento de denunciar a quien supuestamente filtró las fotos implicaría, en primer lugar, reconocer que la fuente del descubrimiento de la supuesta infidelidad de Stefanía Domínguez es una operación de espionaje ilegal sobre la cual aún nadie puso atención; en segundo lugar, porque de ninguna manera está claro qué delito podrían echarle en cara ante la justicia.
SI aún no se divirtió lo suficiente, le cuento que la estrategia del abogado defensor de Stefanía Domínguez incluye, entre otros argumentos, que la justicia declare todos los decretos de Alberto Fernández (Dueño de casa) que establecieron y renovaron la cuarentena más larga del mundo son sencillamente inconstitucionales.