Washington Abdala, en su condición actual de presidente del Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos, comunicó por carta a las delegaciones que la sesión virtual agendada para analizar las masivas protestas antigubernamentales que tuvieron lugar el domingo 11 de julio en más de 60 localidades de toda Cuba se suspendía debido a “los planteos al respecto por parte de algunos países”, que no identificó.
Como dijo Jesús de Nazaret, al árbol se le conoce por sus frutos, y parafraseándolo se podría decir que a la bestia se le conoce por las garras, no es difícil adivinar al foro de Saõ Paulo asomándose detrás de los tales planteos.
Y el problema que esto plantea y que la violenta represión del levantamiento popular dentro de Cuba valida y autoriza, es lo que, en las espontáneas manifestaciones de miles de cubanos de la diáspora y el exilio alrededor del mundo se ha estado pidiendo a voces, y es una intervención humanitaria de pacificación para la isla caribeña que deponga definitivamente al régimen comunista y establezca las bases para una transición hacia la democracia.
Los manifestantes, no buscan para Cuba como sí afirma la propaganda de la dictadura de La Habana, un giro a la extrema derecha, sino la normalización del país, un entorno que libere las fuerzas productivas, estimule la competitividad y descentralice la economía para favorecer la participación de todos los cubanos en el destino de la nación.
Las guerras (porque seguro la dictadura se resistiría) no son negocios baratos, ni por el costo financiero, ni por el costo humano, ni por el costo político. Nadie se enfrasca en una por hacer favores.
He aquí que un evento como ese solo sería factible si surge como un reclamo de la O.E.A. a la O.N.U. o como respuesta de alguna potencia mundial ante un ataque de la Habana lo cual es muchísimo más improbable.
Miles de cubanos en Madrid, fuera de la casa blanca en el Distrito de Columbia, y en cuanto rincón de la tierra alberga a cubanos, hemos reclamado al unísono el fin del comunismo y el retorno de la anhelada democracia. En Asunción con la realización de sendas caravanas, participación en programas televisivos y manifestaciones fuera de la sede diplomática de la dictadura pidiendo futuro para Cuba.
La voluntad del pueblo cubano, dentro y fuera es unánime y mayoritario, las protestas iniciadas el 11 de julio han sido el único acto plebiscitario democrático dentro de Cuba después de 1959 y fue sangrientamente reprimido.
El sr. Abdala sabe la verdad y como el mismo ha dicho: “lo que se está viviendo en Cuba no ambienta dilaciones” y consideró que “el tiempo corre en contra de la defensa de los derechos y la vida de muchas personas”.
“No conocer lo que se está viviendo en Cuba no significa que los dramáticos hechos no se sigan produciendo. La realidad, tristemente, sigue su curso, no se esconde detrás de papeles, declaraciones o dilaciones”, aseguró Abdala. En todo caso, apuntó se realizarán consultas para concretar dicha sesión al “plazo más breve posible” y dijo haber solicitado a la Secretaría de Asuntos Jurídicos de la organización “un informe respecto de la situación de Cuba en relación con la OEA”. Según Abdala, “la práctica de rechazar ‘informes in voce’ no debería tener cabida en esta organización”, y apuntó que la “asimetría en las miradas internacionales siempre es lesiva para el respeto de los derechos humanos”.