El activista de Black Lives Matter (BLM), Tay Anderson, vuelve a ocupar su puesto en la Junta Escolar de Denver meses después de haber sido acusado de abusar sexualmente de 62 estudiantes menores e indocumentados, y con una investigación criminal en curso.
Según el canal de noticias ABC7 en Denver, el mismo medio que hizo público su anuncio de regresar a su puesto de trabajo, las investigaciones por abuso sexual contra Anderson le han costado a la Junta de Educación de Escuelas Públicas de Denver cerca de $50,000 hasta el momento.
“Aunque sigo comprometido con participar en un proceso transparente y justo, ya no puedo esperar a que este proceso concluya para iniciar mi regreso a servir a las familias de las Escuelas Públicas de Denver”, añadió Anderson.
Las acusaciones se hicieron por primera vez durante el mes de marzo, pero no fue hasta el 25 de mayo cuando se escuchó el primer testimonio público contra Anderson frente a la Legislatura del Estado de Colorado.
Mary-Katherine Brooks Fleming, madre de tres estudiantes de escuelas públicas de Denver, le dijo al Comité Judicial de la Cámara estatal que hay “un depredador sexual que ataca a los niños en las escuelas públicas”, durante su testimonio en apoyo de un proyecto de ley que facilitaría a las víctimas demandar a las instituciones que emplean abusadores sexuales de niños.
Tras las acusaciones de abuso sexual, a las que etiquetó como “falsas y sin fundamento”, Anderson acordó renunciar por respeto a los estudiantes hasta que se complete la investigación. Sin embargo, el activista de BLM parece tener el apoyo de la Junta Escolar.
“Una de las razones por las que la Junta inició esta investigación fue porque, de acuerdo con nuestros valores, creíamos que un joven negro merecía el debido proceso y una evaluación justa de las denuncias anónimas que se hicieron en las redes sociales”, respondió la Junta Escolar.