El primero en encender las alarmas después de una larga temporada de silencio fue el premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa. Reconocido antifujimorista y una de las opiniones más respetadas -y esperadas- de su país, el escritor no fue tibio, sino muy directo: “Un Gobierno de Castillo sería una verdadera catástrofe”.
Minucioso en su argumentación, Vargas Llosa fue contundente. “No haría falta mucho más para indicar que el Perú de Pedro Castillo integrará los países que, siguiendo al Gobierno de México, quieren resucitar el grupo de Puebla y romper con el grupo llamado de Lima. En otras palabras, será calcado del que inauguró el comandante Chávez en Venezuela, el Socialismo del siglo XXI, que ha obligado a más de cinco millones de venezolanos a emigrar a los países vecinos para no morirse de hambre”, explicó.
Para el escritor, la sociedad que va a crear Pedro Castillo, “tendrá todas las características de una sociedad comunista».
Vargas Llosa explica que un Gobierno de Castillo probablemente desembocará en un golpe de Estado militar a corto plazo en el Perú: “De militares derechistas, o izquierdistas a la manera ‘velasquista’, que, como ha ocurrido siempre en nuestra historia, retrocederá bárbaramente al país y lo empobrecerá mucho más de lo que está”.
Y para los distraídos, recordó que Castillo es de extrema derecha: “Está contra los matrimonios gay, la enseñanza sexual en las escuelas y el aborto.
El histórico dirigente aprista peruano Luis Gonzales Posada también advirtió el peligro de un triunfo de Castillo. “Busca trazar un eje político, Lima – La Paz – Venezuela – Cuba, que representaría la destrucción total”.
“Es difícil de entender cómo en un país como Perú un candidato no solo de izquierda, sino de extrema izquierda, que se declara marxista, leninista, chavista, kirchnerista, fidelista. Es muy extraño, pero no es inusual”, indicó el ex ministro de Justicia y de Relaciones Exteriores en el primer gobierno de Alan García (1985-1990).
En su análisis afirmó que es tan grave como explícito. “El candidato Castillo ha sido mucho más transparente y honesto de lo que en su momento fueron Castro en Cuba o Chávez en Venezuela. Ha dicho lo que piensa hacer”, y enumeró: la disolución del Congreso y la convocatoria a una Asamblea Constituyente, así como la posibilidad de cerrar el Tribunal Constitucional y la Defensoría del Pueblo y las estatizaciones de yacimientos. Según analizó, esas medidas “van a condenar a la absoluta pobreza, a la miseria, al pueblo peruano, ese pueblo que hoy lo está apoyando con su votación y lo puede consagrar presidente”.
En efecto, el plan de Gobierno con el que Castillo llega a las urnas cita varias veces a líderes como Fidel Castro y el boliviano Álvaro García Linera, pero uno de los más mencionados es el ecuatoriano Rafael Correa. Además, no escatima a la hora de nombrar a otros líderes, algunos de los cuales son considerados dictadores por sus abusos sobre los derechos humanos.
“Los presidentes Rafael Correa, Evo Morales, Néstor Kirchner, Cristina Fernández, Lula da Silva, Dilma Rousseff, Fidel Castro, Raúl Castro, Hugo Chávez, Nicolás Maduro, Manuel Zelaya, Daniel Ortega y Pepe Mujica estuvieron en el punto más alto de la integración latinoamericana, basada en principios soberanos”, indica Cerrón en su documento. Según destaca, el grupo “le dio dignidad al continente”, pero Perú “lamentablemente siempre fue una decepción ante estos intentos”.
Jaime Bayly en su programa “7X7″ también analizó lis planes de Vladimir Cerrón, a quien considera “el jefe ideológico” de Castillo. “Qué peligro escuchar al jefe ideológico de Pedro Castillo, el señor Vladimir Cerrón, hablando de Venezuela y de cómo Venezuela debe ser un modelo para perpetuarse en el poder”, aseguró. “Está diciendo nosotros vamos a llegar al poder y no vamos a entregar el poder nunca. Ese es el modelo comunista, el modelo chavista, que peligro que los peruanos voten por ese modelo”, agregó.
“Mi gran temor es que la mayoría de los 2 millones casi ochocientos mil peruanos que han votado por él el domingo, no saben que si Castillo llega al poder será otra Venezuela. Sueñan con que Castillo les va a mejorar la vida y yo sospecho que es al revés”, manifestó.
Castillo, que ha ganado el apoyo de las regiones pobres, también ha pregonado durante su campaña que si gana la presidencia llamará a un referéndum en busca de reescribir la Constitución Política para darle al Estado un rol más dominante en la economía. Un camino que siguieron Venezuela (1999), Ecuador (2008) y Bolivia (2009). También lo está siguiendo actualmente Chile, a través de una Asamblea Constituyente.
Sobre este punto, Vargas Llosa, marcó el peligro ya que Castillo adelantó que revisará todos los tratados internacionales serán revisados.
Otra de sus iniciativas es la de regular los contenidos que se exhiben en la televisión, la radio y la prensa escrita. En el capítulo VI, página 28, de su plan de gobierno, Perú Libre propone una ley para cumplir con sus objetivos y estima necesario romper nexos internacionales como con la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP).
En su capítulo IV, página 20, explica que “apremia una ley de medios y no confundir libertad de prensa con impunidad”. Además, resalta la eliminación de “todo elemento que distorsione la política educativa y la mente de nuestras generaciones, como la famosa radio y TV ‘basura’ que se transmite en el país”.
En una entrevista con RPP, el congresista del partido de Castillo electo por Moquegua, Samuel Coayla, dijo que el partido busca regular los programas “que no llevan a nada” y colocó de ejemplo a “los programas ‘reality’. También advirtió que el gobierno se encargaría de las restricciones de contenidos mediante los ministerios de Educación y de Cultura.
El plan de Castillo, además, adelanta la nacionalización de empresas privadas, sobre todo en “sectores mineros, gasíferos, petroleros, hidroenergéticos, comunicaciones, entre otros”. El modelo que planean es el de una ”economía popular con mercados”. Consultado por El Comercio, el economista Diego Macera, explicó que “empujar a un Estado a la actividad empresarial activa en la economía nos lleva a escenarios de fracaso aprendido como en el Perú de las décadas de 1970 y 1980”.
“Querer acabar con la minería, que es la riqueza de los Andes peruanos, es una temeridad sin precedentes, hija de la pura ignorancia, que sofocaría una de las fuentes básicas del desarrollo nacional”, escribió indignado Vargas Llosa.
“El derecho a votar no basta, si los peruanos se equivocan y votan mal. Ya lo hicieron en la primera vuelta. Es importante que no dupliquen el error”, advirtió el escritor a sus conciudadanos… pero también al mundo.